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HISTORIA MODERNA - Inglaterra y Holanda en el siglo XVIII
HOLANDA EN EL SIGLO XVIII
La prosperidad económica de Holanda sufrió un rudo golpe a mediados del siglo XVII,
cuando Inglaterra, en tiempos de Cromwell, decidió proteger su propio comercio marítimo
mediante el Acta de navegación; según esta ley, no podía entrar en Inglaterra ningún barco
que trajera mercaderías que no fueran de su país de origen; de este modo, los navíos
holandeses que acarreaban gran parte de la producción europea se vieron privados de las
posibilidades que les proporcionaba el tráfico con Inglaterra. Desde entonces, el poderío
económico de Holanda comenzó a declinar, en un proceso que fue acentuándose por las
terribles luchas que debió afrontar en la segunda mitad del siglo XVII debido a las ambiciones
de Luis XIV.
Cuando en 1688 el estatúder de Holanda, Guillermo de Orange, fue llamado a ocupar el trono
inglés, el comercio de los Países Bajos comenzó a girar dentro de la órbita de Inglaterra, más
poderosa y de mayor gravitación internacional. Sin embargo, otras potencias concurrían a
orientar la política holandesa, y especialmente Francia y Prusia. Además, la situación interna
se vio complicada por los conflictos entre los partidarios del régimen monárquico —que
representaba la autoridad del estatúder—y los que querían un gobierno con mayor
intervención popular. Todas estas circunstancias originaron una marcada
declinación de la
significación internacional de los Países Bajos.
LA CIUDAD HOLANDESA DE NUEVA AMSTERDAM. La fundación de Nueva Amsterdam
por los holandeses, ciudad que con el tiempo sería nada menos que la actual Nueva York, da
una idea del impulso colonizador que tuvo esa nación en un momento dado. El grabado la
muestra hacia 1672, según un dibujo de la época, vista desde el mar.