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HISTORIA MODERNA - La época de Luis XIV
LA VIDA SOCIAL Y LA CULTURA
Las necesidades de una administración centralizada, que debía hacer frente, además, a los
ingentes gastos provocados por la guerra, obligaron a Luis XIV a imponer a la burguesía
urbana y rural importantes gravámenes. Esta circunstancia le proporcionó cierta antipatía
entre esas clases, sobre todo debido al destino que se daba a grandes sumas de lo recaudado.
En efecto, uno de los renglones más importantes de los gastos del monarca era el
mantenimiento de la suntuosa
corte de Versalles y otro no menor, el pago de pensiones a
muchos miembros de la nobleza.
Ya han sido señalados los móviles políticos que, en el fondo, tenían estas medidas. Luis XIV
extremó el boato y la suntuosidad de su corte no sólo porque efectivamente satisfacía de ese
modo su inmenso orgullo, sino también porque trataba (le exaltar la dignidad real más allá de
toda comparación. A su alrededor se congregaron los nobles designados para las mil menudas
labores de palacio, y los que, simplemente, querían estar atentos a la primera ocasión que se
les ofreciera para aparecer cerca del omnipotente monarca. Y en las magníficas fiestas, el rey
podía sentirse orgulloso de ver en torno de él los miembros de las más altas familias, antes
inclinadas a la sedición y ahora sumisas a la voluntad de su señor.
Para alojar su corte. Luis XIV mandó construir el palacio de Versalles que, por su elegancia y
su belleza, constituye una obra maestra de la arquitectura. Rodeado por vastos y deliciosos
jardines, el palacio tenía numerosos departamentos privados y vastos salones entre los cuales
descuella por su lujo el llamado "de los espejos". Abundaban en él las ricas porcelanas, las
vajillas preciosas y las obras de arte de todo género, porque Luis XIV puso a contribución a
todo el país para perfeccionar el palacio, en el que no veía solamente la residencia del rey sino
también el adecuado marco de la autoridad omnímoda de la nación.
Fue su época rica en figuras ilustres, tanto que lo que se llama "el siglo de Luis XIV" es sin
disputa el más grande de la historia de la cultura francesa. Corneille, Racine y Moliere en el
teatro; Descartes y Pascal en la filosofía; Bossuet en la historia; La Fontaine en la poesía; Le
Brun y Lorrain en la pintura, son testimonios del nivel que alcanzaron por entonces el
pensamiento, las letras y las artes en Francia.
EL PALACIO DE VERSALLES. Mandado construir por Luis XIV, el Rey Sol, el famoso palacio
de Versalles configura una expresión arquitectónica típica de la época. El monarca puso a
contribución el esfuerzo del país íntegro para embellecer este palacio, al que consideró como el
símbolo de la magnificencia y la autoridad reales.