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HISTORIA MODERNA - La época de Carlos V
EL GOBIERNO INTERIOR DE CARLOS V
Tan poderosos como pudieran parecer, los estados de Carlos V tenían una estructura interna
que disminuía notablemente su fuerza. Era, en efecto, un conjunto heterogéneo de naciones
que sólo estaban unidas por el emperador, y cuyos problemas diferían fundamentalmente.
Además, dentro de cada una de ellas tenía Carlos V problemas gravísimos, entre los cuales
merecen ser destacados dos: los de Alemania y los de España.
En Alemania, el poder imperial había sido siempre débil, y pese a los esfuerzos de los
antecesores inmediatos de Carlos V, no podía decirse por entonces que la autoridad imperial
estuviese firmemente asentada. En efecto, en cuanto se promovió el conflicto religioso
desencadenado por Lutero, los príncipes se dividieron, y los menos adictos al emperador se
unieron al protestantismo más como acto de hostilidad contra el imperio que no como signo
de firmes convicciones religiosas. A este conflicto tuvo que dedicar Carlos V preferente
atención. Se mostró conciliador a veces, enérgico otras, pero siempre procuró no dar un paso
definitivo que implicara la desintegración del imperio. Entre tanto, en el otro extremo, Castilla
y Aragón se doblegaban con dificultad ante este rey extranjero, rodeado de flamencos como él
y alejado de los problemas españoles. Allí, Carlos V procuró apresurar la obra de sus abuelos
de consolidación de España mediante la fusión de los dos reinos. Para ello, era menester
ejercitar una autoridad firme y quebrar los privilegios que se oponían a la instauración de un
régimen uniforme. También aquí los designios de Carlos V promovieron una guerra: la de los
comuneros, que estalló en Castilla en 1520 y fue reprimida violentamente tras la derrota del
ejército sublevado de Juan de Padilla en la batalla de Villalar en 1521. La consecuencia fue la
instauración de un régimen absolutista que acabó con todos los fueros castellanos; y si en
Aragón se mantuvieron por entonces, desaparecerían poco después, por obra de su hijo Felipe
II.
EL EMPERADOR CARLOS V. Descendiente de varias casas reinantes de Europa, Carlos V
heredó, con sus vastos dominios, una inmensa responsabilidad. A ella supo hacer frente con
éxito, dando muestras de insuperable energía.