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HISTORIA MODERNA - Austria y el ascenso de Prusia
LA GUERRA DE LOS SIETE AÑOS
Si con la guerra de la sucesión de Austria consiguió Prusia asegurarse la posesión de la Silesia,
el conflicto que estalló en 1756 no sólo confirmó su conquista sino que aseguró su papel de
potencia europea.
María Teresa de Austria, sin resignarse a sufrir las consecuencias de la guerra de sucesión,
procuró establecer un sistema de alianzas que la favoreciera. Aprovechando de las sospechas
que Francia alimentaba respecto a la actitud de Inglaterra, logró que aquélla se uniera a
Austria, precisamente cuando esta última firmaba un tratado con Prusia. Así se delinearon dos
frentes de combate que poco a poco fueron precisándose. A Francia y Austria se unieron
Rusia, Polonia y Suecia, y contra ellas quedaron Inglaterra y Prusia, de las cuales la última
debía soportar el mayor peso de la guerra en el continente; la primera, en cambio, debía
afrontar serias hostilidades en sus fronteras coloniales.
En 1756 Federico II desató la guerra para precaverse de la ofensiva que sus enemigos
proyectaban. Tuvo al principio del conflicto algunos triunfos, pero sufrió una grave derrota en
1759, de la que, empero, pudo evitar las consecuencias. En esas circunstancias, Rusia modificó
su orientación política y se separó de Austria para unirse a Prusia, en tanto que Francia
anunciaba su decisión de poner fin a sus hostilidades con Inglaterra. De este modo, una guerra
en la que parecía seriamente comprometido el poder prusiano se tornó favorable por la
endeblez de la combinación diplomática que unía a sus enemigos, y Federico II firmó la paz
con Austria en 1763 en Hubertsburgo, sin haber perdido nada de lo que anteriormente había
logrado.
Acaso los más importantes episodios de esta guerra se habían desarrollado fuera de Europa.
Inglaterra, conducida por Guillermo Pitt, ministro de Jorge II, consiguió afirmar decisivamente
sus posiciones en América del Norte y en la India, consolidando así un vasto imperio colonial
en tanto que Francia veía frustrarse el suyo. De este modo, al tiempo que Prusia afirmaba su
posición de gran potencia militar en Europa, Inglaterra alcanzaba una situación de indiscutible
predominio en el mar.