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HISTORIA MEDIEVAL - Los reinos romano-germánicos
LOS REINOS ANGLO-SAJONES
La provincia romana de Bretaña atrajo a algunos pueblos germánicos que vivían en la zona de
la actual Holanda y que, acaso, tenían ya alguna experiencia náutica. En efecto, los anglos, los
jutos y los sajones se lanzaron a través del canal de la Mancha en los primeros años del siglo V
y se instalaron sin hallar mayor resistencia en la vasta llanura del Támesis, internándose luego
hacia el Norte. La población de origen romano era allí escasa, porque el imperio no había
realizado nunca con intensidad la colonización de ese territorio; la mayoría de la población era
de origen celta, y ésta fue la que sintió más directamente las consecuencias de la invasión: una
parte se sometió, pero otra procuró escapar y se refugió en las montañas de Gales, Cornuailles
y Escocia, y algunos huyeron a Irlanda o a la península que, por ellos, se llamó luego Bretaña,
en Francia.
Los invasores no se mantuvieron unidos, fundaron varios pequeños reinos, cuyo número fija
la tradición en siete, por lo que suele hablarse de la Heptarquía anglo-sajona; pero por épocas
fueron más. Poco a poco fue estableciéndose entre ellos cierta jerarquía según su poderío; en
los siglos VII y VIII predominó el reino anglo de Mercia y, al fin, en el siglo IX, predominó el
reino sajón de Wessex, cuya capital era Londres. Pero la suerte no fue favorable a este reino. Ya
en el siglo VI', habían comenzado a aparecer en las costas nuevos invasores; eran los daneses,
un pueblo normando de origen germánico que, habiéndose quedado en las tierras del mar
Báltico, se había dedicado a la navegación y vivía principalmente de la piratería. Los daneses
hicieron numerosas incursiones, muchas de las cuales fueron rechazadas, pero durante el siglo
IX, el reino sajón fue atacado con más violencia y fue necesaria toda la prudencia y todo el
valor de Alfredo el Grande para contener a los invasores. El rey Alfredo, sin embargo, no tuvo
más remedio que ceder a los daneses algunos territorios, con lo cual facilitó la llegada de
nuevos grupos hasta que, al fin, todo el territorio inglés fue conquistado por los daneses que
mandaba el rey Knut el Grande, en el siglo XI.