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HISTORIA MEDIEVAL - Los reinos romano-germánicos
LA CULTURA DE LA EPOCA DE LOS REINOS ROMANO-GERMANICOS
Naturalmente, la época de las invasiones no era propicia para el desarrollo de la cultura; pero
no fue tampoco, como suele creerse, una época totalmente incapaz para el cultivo de las letras
y aun de las artes. Las primeras tuvieron —en los monasterios— más posibilidades de
desarrollo que las segundas, más unidas a las contingencias del mundo real.
En casi todos los reinos romano-germánicos apareció alguna figura importante en el campo de
las letras. En el reino visigodo descolló San Isidoro de Sevilla; en sus Etimologías recogió las
enseñanzas que, en diversos campos, pudo recoger de la Antigüedad, y cultivó, además, la
historia y la teología. En el reino franco, Gregorio de Tours recogió la historia de los reyes de
su país y nos ha dejado una fresca crónica de los sucesos y las costumbres de esos siglos
titulada Historia de los francos; entre los ostrogodos, Jornandés resumió las obras históricas de
Casiodoro, entre las cuales había una Historia de los godos.
Podrían citarse algunos poetas, teólogos y, sobre todo, biógrafos de santos; pero sus nombres
son oscuros y no alcanzan mayor relieve; sépase solamente que hubo muchos, y que en los
monasterios no se abandonó —dentro de los límites posibles en una época tan turbulenta— el
cultivo de los clásicos y el estudio de los grandes autores cristianos. En materia de artes
plásticas, sólo vale la pena citar la influencia que por entonces ejerció en el Occidente, y sobre
todo en Italia, el estilo bizantino. Hubo una arquitectura ostrogoda —recuérdese la tumba de
Teodorico en Ravena—; una arquitectura visigoda, ejemplificada hoy, especialmente, en
la
iglesia de San Juan de Baños (España); una arquitectura franco-merovingia, de la que queda
como testimonio, por ejemplo, el baptisterio de San Juan, en Poitiers (Francia). Los caracteres
de esta arquitectura son el resultado de cierta mezcla de la tradición romana con las
influencias bizantina y germánica, esta última especialmente en la ornamentación.