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HISTORIA MEDIEVAL - El Imperio Bizantino
EL IMPERIO BIZANTINO ANTES DE JUSTINIANO
Según el reparto de Teodosio, el Oriente correspondió a Arcadio, el cual, siendo muy joven,
debía gobernar bajo la tutela de los principales jefes políticos militares del Imperio: Rufino
primero y Eutropio después. Su reinado fue oscuro y no tuvo otro timbre de honor que el
haber podido orientar hacia el Occidente las olas invasoras, salvando así el territorio de la
ocupación extranjera.
Sucedió a Arcadio, en 408, Teodosio II. Durante su gobierno, la capital del Imperio —
Constantinopla— fue rodeada por una poderosa muralla que debía permitirle mirar con más
confianza el porvenir. Por esa misma época, se emprendieron dos empresas de cultura muy
significativas. En 425 se fundó la Universidad de Constantinopla, que se transformó en un
importante centro de estudios clásicos, precisamente cuando esas disciplinas comenzaban a
ser olvidadas en el Occidente. Y poco después se ordenó la compilación de un código en el que
se recogieron las principales
disposiciones dictadas por los emperadores a partir de
Constantino.
Hubo durante el resto del siglo V varios emperadores más. A todos ellos preocupó
principalmente la defensa de las fronteras, amenazadas sucesivamente por pueblos
germánicos y mogólicos; pero lograron salir airosos de la empresa de defenderlas. No
pudieron, en cambio, prestar ayuda sino muy circunstancial al Imperio de Occidente; y no era
porque hubiesen renunciado a esos territorios; en efecto, según una antigua tradición, la
desaparición de un emperador ponía en las manos de su colega el territorio que quedaba
acéfalo, de modo que, en derecho, el emperador de Constantinopla lo era ahora también de
Occidente; ninguno de ellos renunció a esa autoridad, pero no pudieron hacerla efectiva
porque no se consideraban con recursos suficientes.
Así, durante todo el siglo V, contemplaron cómo se escapaban de sus manos tan vastos e
importantes dominios, esperando la ocasión de recuperarlos.
A fines del siglo, el emperador Zenón hizo un intento para recobrar Italia, enviando allí a
Teodorico para que, en su nombre, expulsara al usurpador Odoacro. El hecho tenía valor
porque atestiguaba el derecho del emperador, pero no tuvo por el momento otra significación,
porque, en la práctica, los ostrogodos constituyeron allí un reino autónomo.
TEODORA. Haciendo juego con el que representa a Justiniano, este mosaico de la iglesia de
San Vital de Ravena representa a la emperatriz Teodora. Fue ella, en gran parte, la inspiradora
de los actos del emperador Justiniano y se hizo famosa por su energía y sus nada comunes
dotes intelectuales.