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GEOGRAFIA FISICA - Origen del relieve terrestre
TIPOS DE ERUPCIONES VOLCANICAS
Deben distinguirse las manifestaciones volcánicas típicas y otras que se apartan bastante del
tipo corriente de erupción, y que podrían llamarse en conjunto fenómenos seudo volcánicos
(por ejemplo, erupción de géiseres, aparición de aguas termales en la superficie, pequeños
volcanes de barro, etc.).
Las erupciones típicamente volcánicas pueden clasificarse del modo siguiente:
a) ERUPCIONES VULCANIANAS, muy violentas debido a la enorme tensión que adquieren
los gases y vapores que encuentran el cráter obstruido por una lava muy viscosa (lava ácida),
que forma un verdadero tapón, el cual salta finalmente deshecho en infinidad de partículas de
todos los tamaños, y al caer facilita la creación del cono, generalmente de doble pendiente (la
externa y la que mira al interior del cráter).
Este tipo de erupción se presenta a menudo en el Vesubio y en el Etna, por más que las
erupciones de estos dos volcanes italianos son muy variables. Al primero se deben tremendas
catástrofes como la destrucción de Pompeya y Herculano (en el año 79 de nuestra era), que
quedaron sepultadas bajo una espesa lluvia de cenizas. El primitivo cono del volcán fue
destruido parcialmente, formándose uno nuevo en el interior del muro de doble pendiente,
llamado en la actualidad monte Somma, resto del Vesubio destruido. El cono actual, bastante
complejo, está separado del Somma por un espacio relativamente amplio denominado atrio del
Cavallo. Montañas de doble cono como las del Vesubio se denominan compuestas.
La erupción de 1883 del Krakatoa (situado en una isla al occidente de Java y del que quedan
solamente los restos de lo que fue en otra época) fue típicamente vulcaniana; dieciocho
kilómetros cúbicos de materiales del cono fueron arrojados al aire por la explosión,
formándose una nube de cenizal (pino volcánico) de varias decenas de metros de altura, al
mismo tiempo que una gigantesca onda marina de más de 30 m. de altura barría las costas
cercanas, especialmente las de Java, arrastrando gran número de personas hacia el mar.
Las erupciones del Temboro (Malasia) y del Cosigüina (América Central) se han caracterizado
por la enorme cantidad de cenizas que cubrieron enteramente las regiones vecinas a ambos e
hicieron desaparecer la vegetación y gran parte de la fauna.
b) ERUPCION STROMBOLIANA, con explosiones de escasa violencia pero muy repetidas, a
veces con gran regularidad (por ejemplo, en el volcán Sangay, del Ecuador); las nubes de
cenizas son poco frecuentes, siendo abundante la emisión de piedras (lapilli) y bombas
volcánicas. Las lavas salen del cráter o no llegan hasta él, y escapan por hendiduras laterales y
forman coladas que llegan a menudo hasta el pie del cono, rellenando las desigualdades
existentes en las laderas. El Strómboli (en las islas italianas de Lípari), caracterizado por este
tipo de erupciones, les ha dado el nombre; constituía el faro del Mediterráneo para los antiguos
marinos.
A veces las erupciones del Vesubio y del Etna son de tipo stromboliano.
c) ERUPCION HAWAIANA, caracterizada por la emisión tranquila de lava, pobre
en sílice
(lava básica) y de gran fluidez, que llega a constituir verdaderos ríos incandescentes, que
alcanzan el mar, levantando ingentes nubes de vapor. El cono es muy aplanado, en forma de
escudo, debido a la facilidad con que se derrama el material. Escasean o faltan por completo las
emisiones de cenizas y piedras volcánicas.
Las islas Hawaii, en el Pacífico, de donde deriva el nombre de este singular tipo de erupción,
proporcionan los mejores ejemplos de volcanes que realizan esta clase de erupciones: entre
ellos figuran el Mauna Loa y el Kilauea, este último con un cráter muy amplio, lleno de
material ígneo, que periódicamente rebasa los bordes y se derrama por las laderas. El célebre
Fujiyama, del Japón, puede relegarse a este tipo de volcanes: lo mismo el Laki, de Islandia,
cuyo cráter es una hendidura del terreno sumamente alargada.
d) ERUPCION PELEANA, ocurrida en el monte Pelée, de Martinica, en 1902, que se produce
en otros volcanes, se caracteriza por la emisión lateral de los materiales; al quedar obstruido el
cráter por un tapón, lavas ácidas se levantan en forma de aguja, dejando escapar las
proyecciones como a través de una válvula de escape. En esta clase de erupciones se originan
nubes ardientes de gran densidad que avanzan a ras del suelo y que por esa razón resultan
temibles, pues pueden incendiar todo a su paso o provocar la asfixia de hombres y animales.
La ciudad de San Pedro de Martinica fue destruida por una nube de las de este tipo.
Aparte de las indicadas, existen otros tipos de erupciones, por ejemplo, las submarinas, de
difícil observación, pero que conocemos por multitud de datos indirectos (agitación violenta de
las aguas, aparición de piedra pómez en la superficie, burbujeo motivado por la salida de los
gases, y en algunos casos aparición de nuevas islas, como algunas del Mediterráneo, que
tuvieron una vida efímera, y la de Bogoslof, del grupo de las Aleutianas). En algunos volcanes
nevados de los Andes (Cotopaxi, por ejemplo) y de Islandia, la fusión de las nieves
previamente a la erupción provoca formidables torrentes de barro; en otros casos la erupción
puede producir el desborde de lagos cratéricos (caso de los volcanes Agua, de Centro América,
y Gelunggung de Java).