Textos    |    Libros Gratis    |    Recetas

 

.
GEOGRAFIA FISICA - Origen del relieve terrestre
PLEGAMIENTOS
Ya sea por la adaptación de la corteza al núcleo, o por la traslación de las masas continentales,
como lo quiere Wegener, o por cualquier otra causa, las capas sedimentarias, al quedar
comprimidas entre dos masas resistentes, se doblan constituyendo pliegues que pueden ser
regulares o irregulares, según la homogeneidad mayor o menor de las rocas. Las masas
eruptivas quedan a veces trituradas por efecto de las grandes presiones y ofrecen a menudo
grandes fracturas, que también suelen presentarse en las rocas sedimentarias aunque sean
poco plegables.
Si entre dos libros colocados sobre una mesa y separados por cierto espacio colocamos un
montón de hojas de papel y tratamos de comprimirlas acercando los libros, dichas hojas se
plegarán por la compresión. Si en cambio, entre dos trozos de madera tratamos de comprimir
una delgada lámina de vidrio, éste no se doblará de un modo sensible, sino que se romperá en
cierto número de pedazos. Sobre la corteza terrestre aparecen distribuidas rocas que pueden
doblarse como el papel, otras que se rompen como el vidrio, y finalmente otras tan resistentes
que apenas si sufren algunas deformaciones a causa de compresiones laterales.
Por ser la Tierra redonda, a estas presiones, ocasionadas por las causas ya enunciadas y por
otras que evitaremos nombrar, se les ha llamado presiones tangenciales.
Cuando un terreno es plegado, se forman salientes que constituyen las montañas o cordilleras,
y entrantes que determinan valles. Las primeras son atacadas inmediatamente por los agentes
atmosféricos, que las van modelando mientras persiste el efecto de las fuerzas que originan el
plegamiento, y terminan por reducirlas a masas mucho menores después que dichas fuerzas
han cesado de actuar.
Las fuerzas que ocasionan los plegamientos son creadoras del relieve. En cambio, los agentes
de la erosión constituyen fuerzas destructoras; pero éstas, aun cuando destruyen, crean en
cierto modo el relieve, pues desmenuzan las formas mayores en otras pequeñas y diversifican
infinitamente los rasgos del paisaje de una región.
Los plegamientos se realizan con gran lentitud y pueden ocurrir tanto en las masas
continentales como en el fondo del mar; muchas cordilleras que surgieron en la era terciaria, es
posible que sigan plegándose aún en la actualidad; esto podría ocurrir con los Apeninos y
algunas cadenas de la Malasia. Las montañas formadas en la era que se acaba de mencionar,
llamadas colectivamente Alpides (Alpes, Himalaya, Andes, Cáucaso, Pirineos, Rocosas, Atlas,
etc.), se consideran jóvenes en relación con las que se plegaron en la era primaria (montañas
Caledónicas, que aparecen en Escocia, Escandinavia, y montañas Hercinianas, que
comprenden a numerosas cadenas de Europa Central, a los Apalaches de Norteamérica, etc.),
que constituyen el grupo de las montañas antiguas, muy desgastadas por obra de la erosión
llevada a cabo a través de millones de años. Comparemos, por ejemplo, los lirales, bajos y
redondeados, de origen muy antiguo, con los Andes sudamericanos, de vertientes abruptas y
con elevaciones sorprendentes, poco reducidas aún por los agentes modeladores.
Las porciones salientes de los pliegues constituyen los anticlinales y las entrantes los sinclinales.
Los costados de ambas formas se designan con el nombre de laderas. En la práctica es difícil
encontrar pliegues en perfecto estado, debido a la acción de los agentes atmosféricos sobre la
porción superficial de los mismos, o la sedimentación realizada en el fondo de los sinclinales.