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GEOGRAFIA FISICA - Origen del relieve terrestre
DISTRIBUCION DE LOS VOLCANES Y DE LOS SISMOS
Tanto los fenómenos volcánicos como los sísmicos ocurren en las regiones más dislocadas del
globo, donde las fracturas son abundantes y donde las diversas partes de la corteza no han
encontrado aún su equilibrio.
Hay partes de la superficie terrestre donde tales fenómenos no se manifiestan casi en absoluto.
Tal es el caso de los grandes escudos continentales, constituidos por rocas muy resistentes y
dotados de una gran estabilidad. Entre ellos indicaremos a la Brasilia, gigantesca masa de rocas
eruptivas y metamórficas que se extiende al este de la América del Sur y en la que la acción
modeladora de los agentes atmosféricos ha determinado numerosas sierras y la sedimentación
ha acumulado amplias capas de rocas modernas. En América del Norte se destaca el escudo
Canadiense, muy afectado por la erosión glaciar; en Europa, el escudo Báltico; en Asia el de
Angara, no faltando tales masas en Africa y Australia.
En cambio, hay otras regiones de la corteza muy endebles, que rodean al globo como
gigantescos anillos: uno de ellos contornea el océano Pacífico, pasando incluso por la Antártida,
y comprendiendo la región andina, América Central, México, el litoral norteamericano del
citado océano, la península de Kamchatka (Asia), las islas japonesas, Malasia, diversas islas de
Melanesia y Nueva Zelanda. El otro anillo, menos definido, pero más amplio y donde los
fenómenos sísmicos cobran mayor importancia que los volcánicos, sigue aproximadamente la
dirección de los paralelos terrestres, incluyendo el Mediterráneo europeo, Asia Menor, India,
China e Indochina, reapareciendo en la América Central y las Antillas.
Zonas fracturadas de menor importancia se encuentran en el Africa Oriental, en el golfo de
Guinea y en Islandia. Las islas Hawaii, situadas en medio del océano Pacífico, son como
verdaderas válvulas por las que se escapa la materia ígnea comprimida por el fondo de este
océano; las lavas han levantado en esa zona una montaña que desde la base sumergida tiene
más de 9.000 m. (altura mayor que la del Everest, cima culminante de la cordillera del
Himalaya), y se han derramado por una superficie de más de 1.000.000 de kms. cuadrados.
Esta actividad impresionante de volcanes, que se caracterizan por sus erupciones tranquilas,
revela que la importancia que se atribuye a los volcanes explosivos es con frecuencia muy
exagerada, pues a pesar del temor que éstos causan, tienen escasa importancia como
edificadores de la corteza terrestre.