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GEOGRAFIA FISICA - Océanos y mares
CORRIENTES MARINAS
Mientras olas y ondas constituyen los
movimientos ondulatorios del mar, siendo en las
primeras muy limitada la traslación, las corrientes marinas representan esencialmente
movimientos de traslación de agua, que semejan gigantescos ríos sin orillas, muy amplios y de
bordes poco definidos.
Cada océano tiene un sistema de corrientes propio. El Atlántico y el Pacífico ofrecen sistemas
de una analogía sorprendente; en cambio, el Indico, afectado por el régimen de los vientos
monzones, que soplan la mitad del año en una dirección y la otra mitad en dirección casi
opuesta, tiene corrientes muy particulares, que cambian de sentido de acuerdo con dichos
monzones.
Tanto en el Atlántico como en el Pacífico pueden reconocerse corrientes frías y cálidas (y en
algunos casos templadas); las primeras se originan en las regiones polares o en sus
proximidades, y las segundas proceden de la región ecuatorial. Pero entre unas y otras cierran
verdaderos circuitos, ya que las aguas cálidas al llegar a las regiones polares se enfrían y llegan
a participar en la circulación de las corrientes originadas en las altas latitudes.
Además las corrientes pueden afectar solamente la porción superficial de los océanos o ser
relativamente profundas. A grandes profundidades reina la tranquilidad o sólo existen
movimientos verticales de compensación de reducida importancia. Vastas regiones de los
océanos separadas del fondo por pronunciados umbrales, conservan una temperatura
invariable por espacio de largos siglos.
La circulación oceánica tiene como primera consecuencia la de hacer más uniformes las
temperaturas de las capas de agua más superficiales, al mezclar o poner en contacto las masas
frías con las calientes y viceversa.
Las corrientes cambian de ruta o se reflejan al chocar contra un obstáculo insalvable; esto
ocurre, por ejemplo, con el Gulf Stream (corriente del Golfo) que se refleja en las proximidades
del cabo norteamericano Hatteras, dirigiéndose hacia Europa. En algunos casos
pueden
escindirse en dos corrientes, como ocurre con la corriente ecuatorial del sur del Atlántico,
cuando encuentra la costa brasileña. Por otra parte, a toda corriente corresponde una
contracorriente en sentido opuesto (que podría compararse a una verdadera corriente de
compensación). Este hecho puede demostrarse fácilmente provocando en un recipiente
alargado una corriente en determinado sentido por el simple movimiento de una mano en el
seno del líquido. A la corriente producida se opondrá inmediatamente el movimiento del agua
en dirección contraria a ambos lados de la mano. Si ésta se desliza junto a uno de los bordes de
la vasija, la contracorriente originada será única.
Se ha supuesto que el origen de las corrientes se debe a unos vientos bastante constantes
llamados alisios, que soplan del Nordeste en el hemisferio Norte y del Sudeste en el hemisferio
Sur. Tales vientos, al rozar constantemente sobre la superficie de las aguas oceánicas, serían
capaces de imprimirles un movimiento más o menos duradero, que se propagaría en
profundidad transmitido de capa a capa.
Efectivamente, se ha notado que el viento es capaz de causar tales movimientos junto a las
costas o en el propio océano Indico, donde, según hemos dicho, las corrientes se invierten
paralelamente al cambio de dirección de los monzones.
Sin embargo, a pesar de ser ésta una explicación relativamente satisfactoria, es difícil
comprender cómo el Gulf Stream, corriente poderosa y de gran longitud, pueda marchar casi
exactamente en dirección contraria a los alisios. Dicha corriente avanza en efecto hacia el
Nordeste, de donde aparentemente proceden dichos vientos. Se ha tratado de salvar esta
dificultad considerando que el Gulf Stream se desvía en parte por su reflexión en el cabo
Hatteras, en parte por la rotación de la Tierra y además porque constituye una contracorriente
respecto a las corrientes que descienden de los mares fríos hasta la región ecuatorial.
La fuerza desviadora derivada de la rotación de la Tierra no solamente influye sobre las
corrientes marinas, sino sobre los vientos de cierta amplitud y los ríos. Su efecto consiste en
una tendencia de los fluidos animados de cierta velocidad a doblar hacia la derecha en el
hemisferio Norte y hacia la izquierda en el hemisferio Sur.
Estudios modernos han llevado a la conclusión de que los vientos alisios, aunque ejercen
alguna influencia sobre las corrientes, no constituyen su causa principal. Se supone
actualmente que el equilibrio entre las diversas partes del océano se destruye por las
variaciones de temperatura y de salinidad, a las que hay que atribuir un papel preponderante
en el mantenimiento de la circulación oceánica. La dilatación de las aguas ecuatoriales,
realizada constantemente por la acción del Sol, daría origen a los primeros movimientos, que
serían amplios derrames de aguas calientes superficiales hacia las regiones polares, de donde
partirían inmediatamente las corrientes de compensación, que en verano circularían a cierta
profundidad, pero que se harían notar en invierno en la superficie o en sus proximidades. Hay
en esta circulación una evidente analogía con los movimientos que ocurren en la atmósfera,
según veremos más adelante.
Las aguas que determinan las corrientes se distinguen de las que las rodean por su coloración a
menudo más oscura, su salinidad, su temperatura y su fauna. Sus movimientos pueden ser
puestos de manifiesto en condiciones favorables por botellas que, arrojadas en determinado
lugar, aparecen, después de algún tiempo, en costas distantes de éste, llevadas por el arrastre
que han sufrido.
En cuanto a la intensidad de las corrientes es variable de acuerdo con la estación o con la zona
por donde pasa; la velocidad se hace muy sensible en los estrechos (por ejemplo, en el de la
Florida, por donde sale la corriente del Golfo y entra en el Atlántico).
CORRIENTES MARINAS. Esquema en el que se señala el recorrido de las principales
corrientes marinas cálidas y frías. Las flechas de trazo lleno corresponden a las corrientes
cálidas; las de trazo cortado señalan a las corrientes frías.