Textos    |    Libros Gratis    |    Recetas

 

.
FILOSOFIA - La filosofía en el siglo XIX
VON HARTMANN Y WUNDT
EDUARDO VON HARTMANN (1842-1906) trata de aunar el voluntarismo de Schopenhauer
con el idealismo absoluto de Hegel. Obras importantes: La Filosofía de lo inconsciente; Teoría de
las categorías: El Problema de la Vida.
Hartmann distingue tres esferas en la realidad:
1) La subjetiva, ello es, el conjunto de los hechos o fenómenos de la conciencia individual.
2) La real objetiva, o sea la naturaleza conocida por las ciencias.
3) La existencia metafísica, la verdadera sustancia real, que la filosofía descubre como base de la
naturaleza. Esta esfera de la realidad es lo inconsciente.
Hartmann ve en la realidad una representación inconsciente, pero de naturaleza racional y
regida por un acto de voluntad. En otros términos: lo absoluto es lo inconsciente y éste la
superior unidad de saber y querer. La razón consciente es sólo controladora, correctiva,
comparadora, combinadora y subordinadora..., pero no creadora ni productiva, y jamás
inventiva. Por esto depende el hombre más bien "totalmente de lo inconsciente", la fuente de su
vida. El principio de la selección natural de Darwin es, por ejemplo, sólo un medio mecánico de
este inconsciente, que pasó desapercibido para el sabio inglés. El absoluto reina no sólo en la
corporalidad, es decir, en el instinto, los efectos reflejos, la fuerza saludable de la naturaleza, los
organismos, sino también en el espíritu humano: en el amor sexual, el sentimiento, el carácter, el
juicio estético, la producción artística, el lenguaje, el pensar filosófico.
Las categorías (cualidad, cantidad, relación...) constituyen la montura del universo.
En su filosofía práctica, Hartmann trata de encontrar un principio superior al optimismo de
Leibniz y al pesimismo de Schopenhauer. La existencia del mundo es menos deseable que su
inexistencia, dice, pero este mundo, producto de una voluntad siempre insatisfecha, es, agrega,
el mejor (menos malo) de los mundos posibles.
Frente a este encubierto pesimismo elabora GUILLERMO WUNDT (1832-1920), el creador de la
psicología experimental, una doctrina igualmente voluntarista, pero llena de un consciente
optimismo. Obras importantes: Elementos de psicología fisiológica; Lógica; Sistema de Filosofía;
Psicología de los Pueblos; Etica.
Para Wundt, la Lógica y la Teoría del conocimiento investigan los supuestos y los métodos de
las ciencias especiales. Estas se clasifican del siguiente modo:
I. Ciencias formales: matemáticas.
1. Ciencias de la natuleza: 
Fenomenológicas: física, fisiología, cosmología
Genéticas: embriología, geología, filogénesis
Sistemáticas: mineralogía, zoología, botánica
II. Ciencias reales.
2. Ciencias del espíritu:
fenomenológicas: psicología
Genéticas: historia
Sistemáticas: derecho, economía, política
Por ciencias fenomenológicas entiende las que descubren leyes de carácter general dentro del
reino de los fenómenos, de los hechos. Llama ciencias genéticas a las que se preocupan por
averiguar el desarrollo, la génesis, de los objetos. En fin, designa ciencias sistemáticas a aquellas
que fundamentalmente clasifican, como la botánica, la zoología, etc.
La segunda disciplina filosófica fundamental es la metafísica, que ha de edificarse sobre las
ciencias particulares y derivar de los resultados de éstas "una concepción del mundo y de la
vida que satisfaga por igual las exigencias de la razón y las necesidades del sentimiento". El
paso de un conocimiento de experiencia a un conocimiento metafísico, es inevitable y continuo.
"A la metafísica corresponde el dominio de las hipótesis restantes, es decir, de aquellos
supuestos que son adecuados al grado actual de nuestro conocimiento y corresponden del mejor
modo posible a la necesidad de unidad de la razón". A estos conceptos trascendentales llama
Wundt (como Kant) ideas, y distingue, como éste: ideas cosmológicas, psicológicas y ontológicas.
"Las ideas cosmológicas (de la ilimitación del espacio, del tiempo, de la materia y de la
causalidad de los fenómenos) quieren unificar coherentemente la experiencia externa, y las
psicológicas (unidad del alma individual y del cosmos espiritual), la interna. La cohesión de la
última está condicionada exclusiva y absolutamente por nuestra voluntad, lo único que el
hombre puede llamar completamente propio, primeramente en la forma de la voluntad
individual, hasta que se llega finalmente a la idea de una voluntad común humana que elevada
sobre todas las esferas limitadas de la voluntad, reúne a la humanidad entera en la consciente
realización de determinados fines y que no es un punto de partida, sino un fin (ideal práctico)
de la evolución total."
La conciencia moral está dominada, según Wundt, por la ley de la heterogenia de los fines (del
griego heteros, diferente; y goné, origen). Esta ley, base fundamental de su filosofía, significa el
principio evolutivo según el cual cada acto volitivo (del querer) da origen a resultados o efectos
que más o menos no corresponden a los propósitos originarios; resultados o efectos que motivan
nuevos propósitos para nuevas acciones, que a su vez vuelven a producir efectos imprevistos en
parte, y así sucesivamente.
Ahora bien, ¿cuándo puede decirse que el querer ético sometido necesariamente a aquel
principio merece el rango de digno, de bueno? Wundt y su escuela declaran que el criterio
buscado se encuentra en un acto heterógono, donde se fomente el desarrollo o evolución de los
bienes culturales (ciencia, arte, economía, etc.). En otras palabras, una acción es buena para esta
nueva teoría evolucionista, cuando favorece el desarrollo de la cultura (la diversidad de los
bienes espirituales como preferentemente los llama Wundt); mala, cuando impide esta
evolución.
El mejor rendimiento de Wundt fue la creación de la psicología experimental, de cuyo instituto,
fundado por él mismo, han salido incontables discípulos que enseñan en el mundo entero.