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FILOSOFIA - La filosofía del Renacimiento 
LOS ALBORES DEL NATURALISMO: TELESIO, CAMPANELLA, GIORDANO BRUNO
La lucha de la tradición escolástica toma una forma renovadora en los primeros pensadores que
se consagran al estudio de la naturaleza, aunque todavía bajo el signo del neoplatonismo.
BERNARDINO TELESIO (1508-1588) se declara ya partidario de un conocimiento encaminado a
entender y dominar la naturaleza. Todas las cosas, dice Telesio, constan de una materia pasiva y
una fuerza activa. La diferencia entre los seres se produce por los diversos grados de
contracción (frío) y de expansión (calor) de esta fuerza. Los fenómenos intelectivos no son otra
cosa que sensaciones
transformadas. La importancia filosófica de Telesio estriba en la
recomendación insistente que hace de la observación como vía para descubrir la verdad.
De mayor trascendencia filosófica son las ideas de TOMAS CAMPANELLA (15781639). Como
Telesio, se opone Campanella a la tradición aristotélica y proclama la observación de la
naturaleza en el estudio de las ciencias; atribuye vida y finalidad al universo.
Las ideas políticas y morales de Campanella apuntan a una reforma social. En su libro intitulado
La Ciudad del Sol (Civitas solis) bosqueja una ciudad ideal de tipo comunitario, pero saturada
de utopías. Campanella es un teísta convencido. En su obra Atheismus triumphatus justifica la
existencia de Dios.
Para Telesio y Campanella son entidades diferentes Dios y mundo. GIORDANO BRUNO niega
esta distinción pronunciándose en favor del panteísmo. Bruno (1548-1600) perteneció a la Orden
de los dominicos, pero sus concepciones filosóficas y teológicas lo llevaron a la herejía y a la
hoguera. Es un filósofo y un poeta a la vez. Concibe al universo como infinito y dotado de una
fuerza vital, cuya raíz es Dios. Consta de infinitas mónadas. Estas son los elementos vitales del
mundo.
La acción más noble del hombre es el entusiasmarse al contemplar la infinitud del universo, que
es, al propio tiempo, contemplación de la Divinidad; entusiasmo heroico, que lo sostiene sobre
los dolores y lo lleva a triunfar de la muerte. Aquí hallamos en Bruno elementos estoicos que
ennoblecen su vuelo poético y filosófico.
Bruno sustenta una concepción panteísta del universo, de raíces neoplatónicas, en la que el alma
humana forma parte de la Divinidad.
Bruno defendió sus ideas con lírica vehemencia, manteniéndose en toda su producción
absolutamente leal a sus convicciones. Sus obras más importantes fueron: De la causa, del
Principio y del Uno (que es exposición de carácter metafísico y teológico); Del entusiasmo
heroico y Comida del miércoles de ceniza.