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FILOSOFIA - Filosofía Presocrática
PARMENIDES Y PITAGORAS
Frente a los milesios y a Heráclito, que florece de 535 a 475, está la escuela de Elea, con su
principal filósofo, Parménides, acaso el verdadero creador de la Metafísica; pero antes de
ocuparnos en el estudio de la escuela de Elea, y de la antítesis heráclito-eleática, vamos a trabar
conocimiento, con una secta filosófica de inmensa reputación en la Antigüedad, y que sostuvo
uno de los más audaces pensamientos del hombre: la filosofía matemática, y el ensayo de
reducción del universo al número, a los números.
La mejor introducción al pitagorismo —que no fue sólo una escuela de filosofía, sino una secta
religiosa y política, inclinada hacia la aristocracia— nos la proporciona Aristóteles, en el primer
libro de su Metafísica. He aquí esta larga citación: "Se llama pitagóricos a quienes primero se
aplicaron a las matemáticas y las hicieron adelantar. Alimentados con tales estudios, pensaron
que los principios de las matemáticas son los principios de los seres. Como en matemáticas son
los números, por su naturaleza, los primeros elementos, creyeron ver los pitagóricos, en los
números, muchas analogías con lo que es y lo que nace, más bien que en el fuego, la tierra y el
agua. Por ende, determinada combinación de los números les pareció ser la justicia; otra
diferente, el alma y el espíritu, y así con todo lo demás. También vieron en los números las
combinaciones y las leyes de la música... Por tanto, he aquí su doctrina: el número es el principio
de los seres, y de algún modo, su materia, que constituye sus modificaciones y estados. Los
elementos del número son el par y el impar; el uno es determinado y el otro indeterminado".
Desgraciadamente tenemos que tratar, en general, de "los pitagóricos", más bien que de
PITAGORAS. Poco se sabe del sublime filósofo; todo se envuelve en la historia de su secta, de su
doctrina esotérica, que sólo imperfectamente conocemos. Pero la trascendencia de la teoría
pitagórica es tan grande, que puede decirse que así como las ciencias físicas y naturales
proceden, en cierta forma, de los milesios, todo cuanto es matemático o trascendencia de lo
matemático, en física o metafísica, procede de Pitágoras. De él procede Platón. El platonismo es,
indudablemente, un pitagorismo transformado, merced a la enseñanza socrática.
Al filósofo de que tratamos se atribuye el descubrimiento de la relación que media entre la
armonía de los sonidos y la longitud de las cuerdas vibrantes. "De esta idea de que los sonidos
armónicos dependen de los números enteros, y que su relación puede expresarse por una
relación de números enteros, parece que se ha desarrollado la teoría pitagórica de que el número
es el origen y esencia de las cosas" (E. von Aster en su obra: Historia de la Filosofía). En suma, es
posible someter todas las cosas a números. Y como lo acaba de ver el lector, en el fragmento
citado de la Metafísica de Aristóteles, los elementos del número son el par y el impar, que
significan en el pitagorismo lo determinado y lo indeterminado. Uno de los momentos
culminantes de la historia del pensamiento humano es sin duda el instante en que descubrió
Pitágoras la relación acústica entre la longitud de las cuerdas vibrantes y su sonido.
El gran filósofo nació en la isla de Samos, pero floreció su escuela, principalmente, en la Magna
Grecia, o sea la Italia meridional. La Liga pitagórica ejerció en Crotona, durante largo tiempo,
una hegemonía aristocrático-política, hasta que la perdió en una revolución.