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FILOSOFIA - La filosofía patrística
LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO
El cristianismo es la religión fundada por Jesús de Nazareth, por Cristo, esto es, el "ungido". En
sentido lato, el cristianismo es el conjunto de las manifestaciones histórico-religiosas que
derivan del propio personaje.
El cristianismo recibe la herencia de los judíos. Los tres dogmas en que se asienta la religión
judía: 19, un solo Dios creador y rector del mundo, omnipotente, eterno y justo, 29, la idea de un
mesías, de un enviado de la Divinidad para liberar y redimir al pueblo de Israel, antes de la
resurrección de los muertos, y 3°, el concepto de santidad; se condensan en la doctrina de la
Trinidad cristiana: "Padre, Hijo y Espíritu Santo".
También es herencia judía el hecho de que en el cristianismo los fines religiosos ocupan el lugar
preeminente en la vida y en la educación. El cristianismo ha nacido en Palestina, la tierra del
pueblo mejor dotado para la religión. En efecto, ninguna cultura antigua posee una historia
religiosa de más grandes alcances que la hebrea, por sus repercusiones en el mundo occidental.
Entre las circunstancias decisivas que determinaron este desarrollo prodigioso de la religión
entre los judíos, hay que contar en primer término, las excelencias de su ley. Los Diez
Mandamientos constituyen, en su brevedad impresionante, uno de los documentos más eficaces
que ha producido la Historia para normar las nobles relaciones humanas. No sólo los judíos
deben fundamentalmente al Decálogo su educación moral: los cristianos de todas las
confesiones son tributarios de tan egregio documento.
El cristianismo supera la concepción judaica de la religión; aporta elementos radicalmente
nuevos acerca de Dios, del Hombre y del Mundo. Los judíos se habían elevado ya a la idea de la
justicia divina que premia a los buenos y castiga a los pecadores; el Evangelio (la buena nueva)
va más adelante: reconoce que Dios es también amor (charitas), que con infinita misericordia
perdona al pecador arrepentido; mas no como severo juez, sino como padre amoroso que se
acerca a los hombres como hijos suyos. "¿Qué hombre hay de vosotros, dice San Mateo, a quien
su hijo le pidiese pan y diera piedras?" La charitas es lo verdaderamente nuevo de las tres
virtudes teologales (fe, esperanza y caridad). La religión judía sólo conoció la fe sobrenatural y
la esperanza en un mesías y en la redención.
Semejante relación entre Dios y el hombre trae consigo una revaloración de este último. El alma
humana puede dignificarse hasta el grado divino. "Acoged la Divinidad en Vosotros", dice el
Evangelio. Caridad como virtud humana que exige el amor al prójimo como a nosotros mismos.
Con razón Hegel caracteriza por modo admirable al cristianismo cuando declara que es la
presencia de Dios en el espíritu del hombre: la voluntad divina se convierte en aspiración del
género humano.
Además, al proclamar el cristianismo que todos los hombres como hijos de Dios tenían el mismo
destino, y que todos eran iguales ante El, sustenta por vez primera las ideas de fraternidad e
igualdad sociales. Para los más elevados fines de la existencia y respecto a la conducta moral y
la salvación eterna, desaparecen las diferencias sociales de rico y pobre, de hombre y mujer, de
joven y viejo. Con ello se destaca como nunca el valor ético de la intimidad humana. "De qué
aprovecharía al hombre conquistar el mundo entero, si perdiese el alma".
A las ideas de igualdad y fraternidad humanas se asocia otro carácter no menos importante: se
ve en la educación una obra de misericordia ("Enseñar al que no sabe", "gratis lo recibisteis,
dadlo gratis").
El ideal educativo del cristianismo es un renacer a un mundo nuevo del espíritu. San Juan lo ha
visto con sutil clarividencia. "Respondió Jesús (a Nicodemo que vino a El de noche): De cierto te
digo que el que no naciere otra vez del agua y del espíritu, no podrá llegar al reino de Dios". De
ahí la importancia de los seres más plásticos para la formación, los niños. "¿Quién es el mayor en
el reino de los cielos? y llamando Jesús a un niño lo puso en medio de ellos..." "Dejad a los niños
que se acerquen a Mí; de ellos es el reino de los cielos".