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FILOSOFIA - La filosofía escolástica
EL TRANSITO A LA FILOSOFIA MODERNA: NICOLAS DE CUSA
El tránsito de la filosofía medieval a la filosofía moderna tiene su plástica expresión en rnooLAs
DE CUSA (1401-1464). Nació en la provincia de Cusa y murió siendo cardenal. Su principal obra
lleva el título De docta ignorantia.
Aunque sus convicciones religiosas son profundamente católicas, se hallan influidas por un
nuevo estilo de pensamiento, a veces en oposición a la escolástica. Las huellas del maestro
Eckhart y de Platón se perciben en su doctrina.
El Cusano distingue cuatro grados en el conocimiento. 1-, el sensible, que suministra
representaciones indeterminadas; 2-, el racional, que permite determinar y ordenar dichas
representaciones; 3-, el intelectual, capaz de elevarse a conceptos generales y reducir a unidad
las distinciones del grado precedente, y, 4-, la intuición mística, en que se eleva el nombre a la
unidad de todos los contrarios, o sea Dios. Mas como este grado del conocimiento es intuición
supraconceptual, es al propio tiempo una ignorancia consciente (docta ignorantia).
La vivencia mística se explica por la ascendencia divina del hombre. A través de los conceptos
de infinito y finito, se aclara la idea. Para toda la Antigüedad, dice W. Windelband, había valido
lo perfecto, como lo en sí determinado, y como lo infinito sólo la posibilidad indeterminada. En
la filosofía alejandrina, en cambio, se desposeyó a la más alta esencia de toda suerte de
determinaciones finitas; asimismo, en el pensamiento cristiano, llegó a pensarse la potencia al
par que la voluntad y sabiduría de Dios, más y más, como algo ilimitado. Aquí se añade la idea
de que ante todo la voluntad ya en el individuo es sentida como un afán incesante nunca en
reposo, y que esta infinitud de la experiencia interna debe elevarse a principio metafísico. De
esta guisa se da al método de la teología negativa una expresión positiva conceptual: ve en la
infinitud la nota esencial de la divinidad, en oposición al mundo. La identidad de Dios y Mundo,
que había buscado tanto la concepción mística del mundo como la concepción naturalista, se
formula ahora del modo siguiente: en Dios está contenido de modo infinito el mismo absoluto
ser, que, en el Mundo, se manifiesta en estructura finita.
Con ello aparece la postrera antítesis de la unidad y la diversidad. Lo infinito —así pensaba ya
el Cusano poder esclarecer con ejemplos matemáticos— es la unidad vital y eterna de aquello
que aparece en lo finito como diversidad difusa. Pero tal diversidad es —y en ello
particularmente hace hincapié el Cardenal—asimismo, la de los opuestos. Lo que en lo finito
aparece dividido y disperso, debe conciliarse en la infinitud de la esencia divina. Dios es la
unidad de todas las oposiciones, la coinciden tia oppositorum. Es, por tanto, la absoluta realidad,
en la que todas las posibilidades se realizan como tales, al paso que cada uno de los seres finitos
son sólo posibles y se realizan gracias a El.
Por cuatro ideas fundamentalmente el Cusano significa el tránsito a la filosofía moderna: el
reconocimiento de la infinitud en el camino del conocimiento, el redescubrimiento del sujeto
(microcosmos) en el acto de conocer y valorar el mundo, la crítica histórica de las religiones y,
por ende, la idea de tolerancia, y, por último, su cosmología, que negó la oposición entre el
mundo sublunar y el mundo de las estrellas.