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FILOSOFIA - La filosofía escolástica
PEDRO ABELARDO Y EL CONCEPTUALISMO
En la constitución de la escolástica, empero, PEDRO ABELARDO (1079-1142) tiene el papel más
señalado. Abelardo formula una solución conciliadora en el problema de los universales: el
conceptualismo. La palabra, decía en contra de los nominalistas, sólo puede adquirir
significación general cuando se aplica o predica de alguna cosa; pero ello es posible, indica
contra los realistas, por la función conceptuadora de la razón. Y esto ocurre en virtud de que los
predicados (los universales) no son sino los caracteres comunes de las cosas; cosas, a su vez, que
han sido creadas por Dios según su pensamiento. En suma: a los universales compete un sentido
ante rem respecto del espíritu divino; in re, tocante a la naturaleza, y post rem, en lo que
concierne al conocimiento humano.
Se ha dicho con equidad que Abelardo es un precursor significado de la filosofía moderna, por
la independencia intelectual que exige del hombre y que, en parte, puso en práctica: sólo
creemos, decía este portavoz de la ciencia libre, en la tradición conservada porque es racional.
Por ello quiere fundar sus enseñanzas dialécticamente, esto es, echando mano de la razón. En
esta empresa crea nada menos que el propio método escolástico (o por lo menos lo difunde y
perfecciona, pues hay quien cree que tal método fue inventado por algunos canonistas del siglo
precedente).
Una de sus obras Sic et Non, nos informa, circunstanciadamente, de dicho método. Reúne en
ella, a propósito de un centenar y medio de cuestiones teológicas (por ejemplo: ¿Dios es o no
substancia?), una colección de textos sacados de la Biblia y de los Padres de la Iglesia, de los
cuales unos están en pro y otros en contra de tales asertos. Después de resolver las aparentes
contradicciones, llega a una solución ortodoxa.
La influencia de Abelardo ha sido muy importante. Su actividad docente en París no fue ajena al
nacimiento de las universidades. Aunque no fundó escuela, sus discípulos fueron muchos y
notables. Uno de ellos, en el siglo mi, es PEDRO LOMBARDO (1100-1164), autor de las célebres
Sentencias, que, con aparato deductivo, exponen los temas de Dios, la creación, los sacramentos
y demás dogmas. Su libro ha sido, hasta el siglo XV, la base de la enseñanza teológica elemental.
También el gran pensador JUAN DE SALISBURY (1102-1180) ha sido vigorosamente influido
por Abelardo.