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ECONOMIA POLITICA - La producción
LA DIVISION DEL TRABAJO HACE QUE TODOS TRABAJEN PARA TODOS
Examinemos nuestros dos hechos en su debido orden. Primero la división del trabajo:
¿Cuáles son sus características y ventajas? Hay dos clases de división del trabajo: simple y
compleja. En la primera, una persona hace un artículo o maneja un material; es la división
de a un hombre un oficio a que antes nos hemos referido, y que se encuentra en la
separación de los trabajadores en oficios calificados.
Viene después la división compleja en que cada grupo de hombres no sólo se dedica a un
oficio determinado, sino a una tarea particular dentro de cada uno de ellos; como ocurría
en el famoso ejemplo de la fábrica de alfileres que puso Adam Smith, en que la tarea
relativamente sencilla de fabricar alfileres (ya al comenzar el siglo XVIII) se dividía en unas
dieciocho operaciones distintas. En la actualidad, el proceso va muchísimo más lejos. La
industria automovilística, con su correa movible que transporta lentamente una serie de
chassis que pasan por delante de una fila de obreros, cada uno de los cuales le añade un
nuevo elemento, es quizás el ejemplo más destacado; y aun en la fabricación de un artículo
relativamente tan sencillo como un par de zapatos, existen grandes fábricas en que ciento
cincuenta a doscientos hombres trabajan en diferentes máquinas para fabricar cada par.
Varias son las ventajas de la división del trabajo. En primer lugar, significa especialización,
y cuando un hombre se especializa, es probable que elija la ocupación para que está mejor
dotado.
En segundo lugar, una vez que una persona se ha especializado en un trabajo, adquiere en
él una destreza mucho mayor de la que tendría si hubiera intentado por sí mismo toda
clase de labores. Además, la división del trabajo no sólo da mayor destreza manual, sino
también mayores conocimientos; quien haya trabajado sin interrupción en una tarea
determinada, terminará conociéndola mucho mejor que si hubiera estado cambiando todo
el tiempo. Esto tiene una importancia especial, porque si bien la destreza manual no se
puede transmitir, los conocimientos sí; de manera que el efecto es acumulativo al suceder
una generación de trabajadores a otra.
En tercer lugar, ahorra tiempo, pues evita el andar cambiando de herramientas con la
demora adicional que se produce antes de cobrar soltura al iniciar un trabajo nuevo.
En cuarto lugar, facilita el ahorro, por permitir a algunos dedicarse a la producción de
mercaderías para uso futuro, al mismo tiempo que, a cambio de ello, otros les mantienen
provistos de artículos para su consumo diario. Es decir, que cuando existe la división del
trabajo, quien ahorra acumula dinero, y cuando ya tiene bastante, compra las cosas para las
que ha estado ahorrando, porque alguna otra persona ha estado haciendo esas cosas en el
intervalo. Su dinero carecería de utilidad si nadie las hubiera estado haciendo, cosa que
ocurriría si no existiera la división del trabajo, pues todo el mundo estaría en las mismas
condiciones y haciendo el mismo trabajo.
En quinto lugar, ahorra herramientas, función importantísima en los tiempos modernos;
más importante aun que el ahorro de fuerza de trabajo. El agricultor no podría soportar el
precio de una fragua para hacer sus trabajos de herrería, pero sí la podría pagar el herrero,
en quien se concentra el trabajo de herrería de muchos agricultores. Es decir, el precio de
una máquina cara sólo es soportado por una producción en gran escala y continuada, lo
que sólo es posible con la división del trabajo.
Estas son las principales ventajas de la división del trabajo y aun tiene muchas otras de fácil
deducción. Ahora bien; debemos explicar nuestro segundo hecho saliente al que aludimos
con anterioridad. ¿Cómo funciona todo este proceso basado como se ha dicho en la
división del trabajo? En el caso del trabajador de una fábrica de automóviles que casi nunca
será propietario de uno y que posiblemente ni siquiera le interese tenerlo; en el del
empleado del gran agente de bolsa que guarda sus ahorros sin interesarle los negocios de
que se ocupa su patrón; en el del médico que atiende las dolencias de otros mientras él se
conserva en perfecto estado de salud; y en general, en el de todos aquellos que no
producen cosas que sean, siquiera en parte, para su propio consumo, ¿cómo es que su
trabajo se completa con el de los otros de tal manera que las necesidades primarias de
todos quedan, hasta cierto punto por lo menos, satisfechas? Tenemos una máquina muy
complicada, compuesta de diversas piezas, cada una de las cuales trabaja por su propia
cuenta y por su propio y, sin embargo, cada una de ellas depende para su existencia de
todas las demás. Es verdad que esta máquina no produce invariablemente las cantidades
adecuadas de todas las cosas; pero por lo general sí. La respuesta se encuentra en la palabra
precio.