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ECONOMIA POLITICA - La moneda
PARA EVITAR EL RIESGO Y EL MANIPULEO
DEL METAL, APARECE LA MONEDA
DE PAPEL
El metal es cómodo, pero presenta un inconveniente: puede ser perdido o robado. Esta es la
razón por la cual sus poseedores habían tomado la costumbre, en la Edad Media, de
depositarlo en casa de los comerciantes, especialmente de los orfebres, que les entregaban
un recibo. Pronto se estableció la práctica de remitir en pago estos recibos en vez de
servirse del metal. El recibo pasó entonces a ser transmisible por endoso, es decir, que la
mención del acreedor al dorso de este papel bastaba para habilitar al beneficiario a retirar
el depósito. Más tarde los recibos fueron transmisibles de mano en mano sin más
formalidad. Por último, los comerciantes, convertidos en banqueros, han facilitado su
circulación inscribiendo sumas redondas: la moneda de papel estaba, pues, creada.
Este billete de banco está respaldado íntegramente por metal precioso. Pero, el banquero
pronto se da cuenta de que una gran parte de esa reserva metálica permanece inutilizada.
Los portadores de los billetes no solicitan el reembolso del metal, pues el papel es mucho
más cómodo. Entonces es cuando el banquero comienza a emitir billetes en cantidad
superior al encaje metálico. La circulación ya no está garantizada más que en una fracción
de su valor y, sin embargo, por la confianza en el establecimiento emisor, y por la
costumbre, el público le sigue dispensando sus preferencias sobre el metal.
CIRCULACION MONETARIA
Como se comprenderá, esta política es peligrosa y ha dado lugar a muchos abusos, no ya
por parte de los banqueros, sino del Estado, que se ha reservado en forma exclusiva el
derecho de emitir billetes. Cuando existe una emisión de billetes superior al encaje metálico
que la respalda se corre el riesgo de que por una circunstancia especial, por ejemplo, una
amenaza de guerra, sobrevenga el pánico entre los tenedores de billetes, y se apresuren a
convertirlos; el banco emisor quiebra, en la imposibilidad de reembolsar a los tenedores. El
Estado ha solucionado este problema decretando el curso forzoso, es decir, eximiéndose de
reembolsar. Generalmente esta medida se toma con carácter temporario.
Los portadores continúan sirviéndose de los billetes confiando en un reembolso ulterior del
metal, y también porque se han acostumbrado a ellos. Las cosas se complican cuando
sobreviene un acontecimiento grave, como ser una emisión excesiva seguida de un alza de
precios.
La "moneda de papel" son billetes libremente convertibles en metálico o moneda metálica.
Cuando no pueden ser convertidos por su equivalente en metal se le llama "papel
moneda".
La moneda de papel tiene "curso legal", es decir, nadie puede rehusarse a aceptarla, puesto
que en cualquier momento puede ser convertida en metal. En cambio, el papel moneda
circula merced al "curso forzoso", pues hay obligación de recibirlo sin que exista
posibilidad alguna de conversión.
El curso forzoso presupone, pues, la existencia conjunta del "curso legal".