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ECONOMIA POLITICA - La Economía es una ciencia extraordinaria
SUS INSTRUMENTOS DE LABOR PARECEN ARMAS SECRETAS
La Economía que podríamos denominar moderna, nacida en las postrimerías del siglo
pasado, se vale, para la representación de sus fenómenos, de ciertos instrumentos de labor
que casi siempre anonadan al profano por su aparente complicación. Estos parecen integrar
un arsenal de armas secretas vedado al común de las gentes. ¡Craso error! No hay
esquema, diagrama, teorema o procedimiento que, a pesar de una hosca terminología, no
tenga un origen humilde y una sencilla explicación. Mal que les pese a los hierofantes de
esta ciencia, no hay en ella misterios insondables. Y tanto la estática como la dinámica del
orden económico pueden observarse claramente a pesar de una aparente complejidad.
Para ello cabe, ante todo, destacar el valor que presta a la Economía la Estadística, ciencia
ésta que constituye la base de toda investigación económica. La Estadística clasifica y mide
los fenómenos económicos en su proyección y en su intensidad, porque representa por
guarismos la situación que provocan. Los guarismos, por sí solos, resultan a veces
insuficientes, sin embargo, para interpretar dicha situación. Esta debe ser representada en
forma gráfica; y, la forma gráfica, ser objeto de la debida interpretación. A los números
"hay que abrirles la boca", se ha dicho. De ahí que la exposición numérica deba completarse
con la representación gráfica, y ésta con la interpretación metodológica. El gráfico asume
una variedad de formas, adecuada cada una de ellas a un objetivo particular. Desde los
simples bastones que representan superficies o cuerpos sólidos, de los diagramas lineales,
simples curvas que, sobre un fondo cuadriculado correspondiente a una escala numérica,
van uniendo cronológicamente todos los puntos o estados que atraviesa una tendencia,
hasta los de estructura más complicada que fotografían —por así decirlo— las oscilaciones
económicas bajo forma de diagramas cartesianos o de diagramas a coordenadas polares.
Estos gráficos pueden ser simples o compuestos, según representen uno solo o varios
hechos simultáneamente. Cuando se quieren señalar expresamente las variaciones
relativas, por interesar más que las absolutas, se emplea el gráfico con escala logarítmica.
Se consigue, en esta forma, por ejemplo, que todas las duplicaciones de las cifras expuestas
guarden en el diagrama un incremento de igual magnitud.
Los números índices (index numbers) tienen por objeto registrar las variaciones
cuantitativas de un fenómeno económico. Se trata de guarismos que expresan la relación
existente entre una determinada situación —generalmente los precios de los artículos— y
las variaciones que sufre a través del tiempo. Tómase como base comparativa la cifra 100
como la correspondiente a un año considerado normal, y se registran sucesivamente los
venideros con las que corresponden a los cambios de situación producidos. El número
índice es simple cuando registra la variación sufrida por un solo artículo o mercadería;
compuesto cuando se refiere al promedio aritmético de un conjunto de artículos disímiles o
a la totalidad del precio de los artículos considerados, lo que da el nivel general de precios;
y ponderado cuando, para aquilatar la importancia y gravitación de cada artículo dentro de
un conjunto, el índice gradúa la variación de dicho artículo con relación a los demás. Es de
suma utilidad este procedimiento para establecer, juntamente con el precio de los artículos,
las fluctuaciones en el valor de la moneda y sus concomitancias respecto del costo de la
vida.
La previsión, sobre todo, importa, en materia económica, la dilucidación de un problema
capital. Norteamericanos y alemanes, particularmente, se han preocupado desde hace
algunos años a esta parte de establecer lo esencial en la investigación de la coyuntura.
Desde 1917, el Commitee on Economic Research actúa en la Universidad de Harvard con
economistas de la talla de W. M. PERSONS, M. J. KING, W. C. MITCHELL, etc., y, en 1925,
organizó, en Berlín, el insigne economista E. WAGEMANN, el Instituto para la
investigación de la coyuntura. Se llama coyuntura a la situación creada por el conjunto de
factores, favorables y desfavorables, que, en un momento dado, inciden e incidirán sobre
una Economía. Y, en cuanto se refiere a la coyuntura
venidera, es decir la previsión, el
asunto cobra, por su trascendencia, un interés capital. Esta se hace efectiva por medio de
los llamados barómetros económicos, que vaticinan "buen o mal tiempo" para una
Economía regional o nacional o para toda la Economía internacional. La intervención de
factores extra-económicos, señaladamente los de orden político y psicológico, echan por
tierra toda la previsión... O, por el contrario, la confirman, si las medidas políticas tienen
por objeto esterilizar —es decir, anular o, cuando menos, mitigar— la acción de los factores
económicos adversos.
Todo barómetro económico exige, para su confección, la ayuda de los preceptos e
instrumental de la estadística metodológica, esto es, la representación, por guarismos, de
una situación o de un conjunto de situaciones interpretados conforme a un criterio dado.
Estos guarismos no son, casi nunca, por supuesto, los traducidos por índices simples
cuando se trata de investigar tendencias con alcance general. Apélase siempre, en tal caso,
al índice compuesto. Ilustrativo como pocos es el ejemplo que, para su más clara
comprensión, utiliza el economista argentino LUIS R. GONDRA en su Tratado de
Economía Política: "Llamamos índice o nivel de precios (o de costos unitarios) al promedio
de los precios de los bienes, tal como lo practica, por ejemplo, la cocinera, cuando, de
vuelta de la feria o del mercado, quiere saber cómo varían para ella los precios de las cosas
que compra. Multiplica tantos kilogramos o gramos de carne por el precio de la carne,
tantos de legumbres por el precio de ellas, etcétera; suma los productos pardales así
obtenidos; y divide luego la suma total por la de kilogramos o gramos de cosas
compradas". Puede así decir la cocinera del ejemplo, que el kilogramo de mercancías con
destino a la alimentación le ha costado un precio X. A este precio lo representa un
guarismo que es el índice general. De este modo, el barómetro económico —que abarca
dicho índice junto con otros— es prácticamente insubstituible para prever las tendencias
que acusará el futuro más o menos inmediato. Facilitará así la acción de los gobiernos o de
los particulares para la adopción de medidas que conjuren el presunto peligro, llamadas
por eso medidas anticíclicas, porque son las que se oponen a las consecuencias nocivas del
ciclo económico.