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DIBUJO DE FIGURA - Dibujo de una cabeza con modelo vivo
Las figuras siguientes son demostrativas en lo referente al aspecto de cada una de las etapas
del dibujo de una cabeza tomado del modelo vivo.
En ellas podemos apreciar claramente el proceso de su construcción, estudiado ya al
referirnos al dibujo de una cabeza de yeso y en los cánones.
Como siempre, cuando nos disponemos a dibujar una cabeza del modelo vivo comenzaremos
por trazar las diagonales para establecer en primer término la plantación y centralización del
modelo correctamente.
La figura terminada nos pone frente a un modelo en el que predomina la cabeza en lugar del
busto. La obra evidencia una notable sensibilidad, al mismo tiempo que un gran dominio de
sus medios de expresión, ya sea dibujando con carbonilla, lápiz, tinta, etc.
A este alumno le ha llamado poderosamente la atención la fuerza constructiva de la cabeza
del modelo como asimismo su expresión. Por tales razones ha prescindido del dibujo del
busto y ha centralizado el modelo de modo que el centro del óvalo del rostro coincide con el
centro del papel.
Para la realización de esta primera etapa del dibujo de la cabeza del modelo vivo, seguiremos
exactamente los pasos indicados para la cabeza de yeso: una vez trazado el óvalo
procederemos a dibujar el cuello estableciendo bien sus proporciones de ancho y altura,
efectuando las comparaciones con las medidas dadas anteriormente.
Dibujado esto, tenemos establecidas las dos masas más importantes de esta obra. Recuérdese
que antes de dibujar los detalles hay que trazar las líneas auxiliares; así se colocarán
correctamente los ojos, boca, orejas, etc.
Observemos que hemos
determinado el óvalo por el procedimiento geométrico conocido;
pero al dibujar una cara trazamos el óvalo a mano levantada, vale decir que no usaremos
ningún compás ni otro instrumento, porque nuestro ojo y mano ya están capacitados para
dibujarlos con seguridad y soltura.
Una vez dibujado el citado óvalo trazaremos la línea media y —como ya hemos explicado—
la dividiremos en cuatro partes de acuerdo con las proporciones del modelo, a fin de situar
convenientemente los ojos, nariz, boca, orejas, etcétera.
Recordamos muy especialmente al lector observar que estas líneas siempre son
perpendiculares a la línea media, de suerte que si la cabeza está derecha, aquéllas serán
horizontales; en cambio, si la cabeza está inclinada, como el eje está también inclinado, las
líneas de los ojos, boca, etc., caerán oblicuamente.
Ya tenemos la centralización y bosquejo del modelo.
Nos ocuparemos, pues, de ajustar muy bien cada uno de los detalles a fin de darles no
solamente su perfecta ubicación sino también su carácter particular.
Estamos en presencia de un modelo cuyos rasgos fisonómicos son más bien rudos, pues se
observa fácilmente que la nariz es más ancha que lo común y aplastada en su dorso, sus
orejas un poco grandes, etc.
Una vez pulidos todos los detalles agregaremos el tono más fuerte del claroscuro como lo
indica el grabado. Allí podemos ver que el lado izquierdo de la cara, como así también el
mismo lado del cuello, están envueltos por una sombra intensa.
En esta etapa del dibujo nos concretaremos en lo referente al claroscuro a colocar el tono de
sombra dominante y las principales medias tintas, reservándonos para la tercera etapa el
reforzar los detalles del modelado y marcar la sombra proyectada.
Una tercera figura nos muestra el dibujo ya concluido.
En él podemos ver los trazos firmes
con que han sido dibujados todos los planos que
componen la cabeza.
Como puede apreciarse, el foco de luz artificial está ubicado en el lado derecho y por encima
del modelo, de modo que la frente —según podemos ver— es la masa más luminosa, por
estar más cerca del foco de la luz; al mismo tiempo vemos que la masa del cuello, por ser el
punto más distante del foco de luz, está envuelta completamente por tonos bajos y medias
tintas; no aparece en el cuello ningún plano de luz fuerte, precisamente por la distancia en
que se halla con respecto a la luz.
Por esta razón existen —perfectamente ordenados en escalas tonales de claroscuro— una
serie de planos ubicados entre la frente y el cuello, o sea, entre la mayor intensidad de la luz y
de la sombra. Estos planos están envueltos en suaves medias tintas que establecen el pasaje
uniendo los dos extremos al mismo tiempo que modelan suavemente todos los planos de la
cara.
Así como la media tinta suaviza completamente el modelado, de igual manera el autor de
este dibujo ha colocado unos trazos sobre el fondo para establecer una mayor unidad entre
las tintas de claroscuro del modelado y el blanco del papel del fondo. El modelo queda —por
así decirlo— sostenido por el fondo.
Otros estudiantes que copiaron el mismo modelo realizaron, dentro del, aula de la Escuela
precitada, diversos dibujos en su mayoría a la carbonilla; en cambio, este trabajo está hecho
con lápiz blando.