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DIBUJO DE FIGURA - Dibujo de ánforas
LAS LINEAS SENSIBLES
Al comenzar la explicación del dibujo de las ánforas, dijimos que era conveniente no
sombrearlas, sino simplemente dibujar sus contornos y detalles de construcción, para no
distraer el carácter de sus líneas.
Sabemos también que de este modo suelen hacerse con frecuencia retratos, muchos de los
cuales alcanzan gran calidad artística. Entre los artistas anteriores a nuestra época podemos
citar a In-gres, quien ha realizado gran parte de su obra —tal vez la más importante— con
esta técnica de dibujo. En nuestros días grandes artistas contemporáneos practican también
este método.
Sin embargo, notamos que a esas obras no les falta expresión. El secreto está en la
sensibilidad de la línea. Es decir: cuando hacemos un croquis o un bosquejo, lo trazamos con
líneas del mismo carácter. Al perfeccionar el dibujo, las líneas serán más seguras, mejor
trazadas y ajustadas al modelo, pero siempre serán iguales entre sí en cuanto al grosor. En
cambio, si observamos algunos de esos buenos trabajos a que nos hemos referido, veremos
que la línea es cambiante según sea la luz, la sombra, medias tintas, etc., como también la
calidad o naturaleza del objeto que representan. Así, pues, por ejemplo, en el retrato de una
persona vestida, los rasgos de la cara no serán del mismo carácter que los trazos que
representen los vestidos; tratándose de ropas de hombre, éstos se dibujarán —por lo
general— con líneas más espesas y rígidas, etc. Los cabellos no se verán representados por
líneas de la misma fuerza que las usadas para el rostro, etc., etc. Si el modelo tiene una boca
de mucha fuerza expresiva, como ser volumen, amplitud, etc., no se la dibujará con líneas del
mismo espesor e intensidad que una boca de escaso volumen, labios finos, etc., etc. Todo esto
contribuirá a obtener un trabajo de calidad, un retrato expresivo, sin necesidad de las
sombras, medias tintas, etc., ni tampoco del color.
Como para todo aprendizaje es conveniente iniciarse en los modelos más sencillos,
aplicaremos esta técnica tan interesante a nuestro dibujo de las ánforas. Aquí lo utilizaremos
solamente para indicar luz y sombra.
Todos estos modelos están iluminados desde arriba. Marquemos entonces con una línea fina
todos los planos en que la luz da de lleno: borde de las bocas, parte superior de las asas, etc.,
y con línea más gruesa indiquemos la sombra en la parte inferior del cuerpo mismo de las
vasijas, así como el plano en sombra de las asas, molduras, etc. Estos espesores, cuando se
trata de cuerpos redondos en los que no hay un cambio brusco de luz y sombra sino un
pasaje progresivo de una a otra, se gradúan lo mismo que un sombreado, estableciendo con
su diverso grosor la idea de la media tinta.
De esta misma manera se obtienen magníficos trabajos de ciencias naturales, en que, sin
restarle al estudio nada de su carácter científico, se lo presenta con el atractivo del aspecto
artístico.