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DERECHO PUBLICO - Democracia actual
MEDIOS SEMIDIRECTOS DE EJERCER EL GOBIERNO DEMOCRATICO
El hecho de que la democracia sea el gobierno "por el pueblo" no significa que los ciudadanos
en conjunto deban ejercer la función pública. Es verdad que la antigua democracia griega fue
directa, pero la compleja organización del Estado moderno impide que el gobierno sea
ejercido por la muchedumbre. Sin embargo, aún en los tiempos actuales hay gobiernos
democráticos semidirectos que se ejercen por medio de la "iniciativa popular", el
"referendum" y el recall o revocatoria. La intervención semidirecta del pueblo tiene por objeto
corregir las deficiencias del parlamentarismo y aplicar un severo control a los gobernantes
que en el desempeño de sus funciones electivas no respondan a la confianza que el pueblo ha
depositado en ellos. Con estos recursos legales pueden evitarse las revueltas sediciosas.
LA "INICIATIVA POPULAR" tuvo su origen en la democracia suiza, donde el pueblo tiene el
derecho de formular proyectos de ley y reformas parciales de orden constitucional. Esta
participación semidirecta en las tareas legislativas se debatió también en la Asamblea
Constituyente de la Revolución francesa, pero no prosperó. La "iniciativa popular" fue
incorporada a algunas Constituciones europeas sancionadas después de la primera guerra
mundial, pero tuvo una vida efímera.
EL "REFERENDUM" O consulta al pueblo, es otra forma semidirecta que en la Roma antigua
se llamó "plebiscito". Es de origen suizo, aunque también lo adoptó la Revolución francesa
para sancionar preceptos constitucionales. En Suiza el "referendum" es obligatorio en unos
cantones y facultativo en otros. También funciona en algunos Estados norteamericanos y en la
República de Haití. Figura asimismo en las nuevas Constituciones europeas.
EL "RECALL" o revocatoria consiste en el derecho que tiene el pueblo para dejar sin efecto la
elección de algún representante, o para revocar alguno de sus actos realizados en el
desempeño de sus funciones oficiales. En la Convención francesa de 1793, Robespierre afirmó
que todos los funcionarios elegidos por el pueblo pueden ser removidos por él, del mismo
modo que un mandatario es removido por su mandante. El recall funciona en varios Estados
de Norteamérica, en los cuales basta la presentación de este recurso para que se convoque a
nuevas elecciones; el funcionario denunciado tiene la facultad de presentar su propia
candidatura y recobra el cargo si sale triunfante en la contienda electoral. El sistema de la
revocatoria existió también en Alemania y España, antes del advenimiento de sus gobiernos
dictatoriales. En la República Argentina, se ensayó el recall en la provincia de Córdoba, pero
solamente para las funciones municipales.
La aseveración de que la democracia es el gobierno "para el pueblo" ha dado origen a diversas
interpretaciones. Los partidarios del Estado omnipotente opinan que en todos los casos deben
primar los intereses generales sobre los derechos del individuo. Los sostenedores del
individualismo prefieren vigorizar el esfuerzo personal. Los eclécticos, con muy buen criterio,
prefieren armonizar los derechos de la persona humana con los bien entendidos intereses
colectivos. La absorción del individuo por el Estado se ha realizado en los países llamados
"totalitarios", antes y durante la guerra mundial de 1939-1945. Ya en la "Carta de Trabajo" de
Italia se decía que la nación italiana era un organismo con fines, vida y medios de acción
superiores en potencia y duración a los fines de los individuos, aislados o agrupados, que la
componían. La Nación italiana era considerada como una entidad moral, política y económica
que se realizaba integralmente en el Estado. El individuo se hallaba subordinado a la
realización de los fines propios del organismo nacional. El lema ha sido: "Todo en el Estado,
todo por el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado". Una concepción aun más
rígida del Estado inspiró al 'Tercer Reich, que predicó la superioridad de la raza alemana y
estableció diferencias entre el ciudadano y el súbdito, no considerando ciudadano sino a la
persona de sangre aria alemana o racialmente similar. Los demás súbditos carecían de
derechos políticos y sufrían los rigores de una legislación discriminatoria que afectaba sus
derechos de familia y sus bienes. Tales prejuicios originaron un régimen de terror y de
persecuciones contra las personas no arias. En la ideología nazi, todo estuvo supeditado a la
omnipotencia de la "comunidad" y, frente a ésta, no se reconocían los derechos fundamentales
del hombre. Afortunadamente, estas concepciones absurdas desaparecieron con el triunfo de
las Naciones Unidas, que abrieron una nueva era de democracia fundada en la igualdad y en
la libertad.