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DERECHO PUBLICO - Congresos Internacionales
En otros tiempos se reservaba el nombre de "congreso" a las reuniones de soberanos o las de
mayor importancia, dando a las demás el título de "conferencia". Hoy ambas expresiones se
usan indistintamente, asistan o no Jefes de Estado. Cualquier gobierno puede tomar la
iniciativa de convocar una reunión de esta clase, señalando su objeto o temas para tratar. Si la
iniciativa es aceptada, se formula de común acuerdo el programa u orden del día. A veces se
designa una Comisión preparatoria. Hay reuniones de sede permanente y otras que cambian
de sede. Tienen sede permanente las Naciones Unidas, y la Organización de los Estados
Americanos, pero esta última realiza conferencias temporarias en distintas capitales de
América. A los Congresos o Conferencias los Estados envían uno o más delegados, pudiendo
un delegado representar a varios Estados. En las delegaciones numerosas suele haber
presidente, delegados, secretarios, asesores, peritos, traductores, empleados. Cada reunión
internacional tiene su reglamento interno, preparado juntamente con el programa o en las
primeras sesiones. No todos los Congresos o Conferencias tienen carácter diplomático; los hay
también de índole comercial, económica, científica. Los delegados a Congresos diplomáticos
van munidos de plenos poderes; en las demás reuniones bastan las credenciales o cartas-
poderes. A su arribo, los delegados presentan sus documentos habilitantes y un comité
practica su verificación. En las sesiones plenarias y de comisiones, se señala a cada delegación
asiento por orden alfabético o por sorteo, y ese orden se observa en las votaciones. La sesión
inaugural tiene casi siempre un carácter de solemnidad. En ella, un alto dignatario del Estado
da la bienvenida a los delegados con un discurso en que se expone someramente el objeto de
la convocatoria y formula votos por el buen éxito de las deliberaciones. Los delegados
encomiendan a uno de ellos la contestación en términos apropiados. En la primera sesión se
elige presidente y uno o varios vicepresidentes. Preside por lo general el primer delegado del
país en que se realice la reunión, con excepción de las Asambleas de las Naciones Unidas. Si
en el orden del día figura un número excesivo de temas, se designan Comisiones para su
estudio, que eligen un presidente para dirigir los debates y un relator o miembro informante o
rapporteur, encargado de enterar a la sesión plenaria de las resoluciones aprobadas por cada
Comisión. A veces se crea una Comisión de Iniciativas, que resuelve la admisión o el rechazo
de nuevos temas o proyectos. En las reuniones diplomáticas no se vuelven a discutir las
cuestiones ya debatidas en las Comisiones; los disconformes pueden abstenerse de votar, o
votar con reservas. En los grandes Congresos o Conferencias se redacta un Acta final o Acta
general en que se transcriben todos los tratados, convenciones, resoluciones, recomendaciones
y votos aprobados, con la mención de las abstenciones o reservas que se hayan producido. No
hay idioma diplomático universal. En muchos Congresos del siglo XIX se empleó el idioma
francés; en las Naciones Unidas son idiomas oficiales el inglés y el francés; en las Conferencias
Panamericanas, el inglés, el castellano, el portugués y el francés. En la UN, el inglés, francés,
ruso y español. La sesión de clausura tiene carácter solemne. En ella, el presidente hace un
resumen de los resultados obtenidos y, a continuación, algún delegado pronuncia un discurso
agradeciendo la hospitalidad brindada por las autoridades locales, o elogiando la labor
desarrollada.