DERECHO PRIVADO – Los contratos
ACERCA DEL JUEGO Y DE LA APUESTA
Son también manifestaciones contractuales y, por cierto, muy habituales. Consisten en
prometer unas personas a otras cualquier precio o premio si ocurren sucesos inciertos o de
fecha indeterminada. Este género de contratos resulta muy discutido no en el terreno
jurídico sino en el moral, porque como norma general no parece lícito que se busquen en
fuentes azarosas los medios del enriquecimiento. Ello produce una perversión en las
costumbres y unos vicios en la vida del trabajo que ponen en grave riesgo los fundamentos
de la sociedad. Sin embargo, son muchas las legislaciones que lo admiten y aun se da
carácter oficial a centros financieros —como son las Bolsas de Comercio—, donde se realizan
operaciones constitutivas de verdaderos juegos de azar y por ello se ha iniciado una
corriente encaminada a prohibir las transacciones bursátiles en que la materia del contrato es
la diferencia de precio de una mercancía desde la fecha en que se celebran hasta la convenida
para la entrega. Claro es que los Estados tienen poca autoridad para oponerse a los juegos y
apuestas mientras mantengan sistemas de rifas y loterías en su propio beneficio, ni aun
cuando con ellas se trate de acrecentar el Tesoro público o de favorecer instituciones de
asistencia social.
