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DECORACION DE INTERIORES - Algunas ideas generales
TODOS SOMOS SENSIBLES A LA ARMONIA ¿SIMETRIA O NO?
Si bien el arte y la ciencia han dado las leyes de la armonía, ésta —como todo cuanto al
hombre se vincula— es susceptible de experimentar cambios. Pero si algo puede establecerse
en forma definitiva, es que todos, aun desconociendo sus reglas y sus ocultos números,
somos sensibles a. ella. Y es más, podría decirse que cada uno tiene su armonía personal,
vinculada a su complejo propio y en la que tienen no poco ascendiente las fuerzas de la
herencia, de la raza y de las costumbres. Descubrirla es otro fascinante camino que se abre
ante nuestra sensibilidad, ávida de equilibrio armónico.
EXTERIOR ARMONICO. En las casas de campo y de fin de semana, la arquitectura exterior
debe estar en armonía con el marco que la naturaleza ofrece. El grabado proporciona una
demostración práctica de este concepto.
Debemos considerar, de una manera muy general, que la armonía está determinada por el
tamaño, es decir el valor de las masas, o sea de los muebles, en lo que a decoración de
interiores se refiere; y por las distancias, es decir, el espacio libre que hay entre ellas.
No obstante la dificultad de fijar leyes de armonía, podríamos señalar dos formas
fundamentales. Una, que llamaríamos clásica y que es una composición de masas de igual
tamaño colocadas simétricamente, a ambos lados de una diferente, es decir, mayor o menor
que ellas. Esta armonía, que está basada en la propia armonía del cuerpo humano, en el que
las masas iguales equidistan en un eje central, es, refiriéndose a muebles, la que condiciona
el arreglo de un sofá, a ambos lados del cual se colocan dos mesitas iguales, sobre cada una
de las cuales se ponen dos lámparas. Esto es, simetría sobre un eje.
El equilibrio que determina esta forma de agrupar muebles, resulta estable,' o sea normal,
para nuestro sentido de la simetría y no produce, por lo tanto, ningún choque a nuestra
sensibilidad. Es un equilibrio que permite permanecer por tiempo indefinido a un grupo de
muebles que se van neutralizando unos a otros,
fue siempre usado con extraordinaria
habilidad por los orientales. La clásica concepción oriental de reposo, es la simetría.
En las modernas concepciones de equilibrio y armonía se halla este mismo esfuerzo, pero
para balancear masas desiguales y distancias desiguales.
El artista moderno no exige que los objetos destinados a amueblar un cuarto se agrupen por
pares. No siente la justificación de forzar un objeto dentro de la forma de otro, para obtener
equilibrio. El mobiliario moderno es frecuentemente asimétrico. Suelen verse grupos de
cajones en escalas descendentes, y habitaciones convencionalmente divididas en tres o más
partes, en lugar de serlo en dos como determina la forma clásica citada, y aun no tiene por
qué dividirse el conjunto, sino que el uso de diversas masas de variadas proporciones
permite obtener un equilibrio aparentemente asimétrico.
Pero esta armonía tiene el riesgo de producir fatiga, e igualmente estas novedades
asimétricas caen en desuso más o menos rápidamente.
Esto es debido a que nuestro modo de ser acepta como base la simetría.