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DECORACION DE INTERIORES - El arte en la casa
EL ESPEJO
Difícilmente haya entre los accesorios de la decoración uno que esté más vinculado a la
magia y a la leyenda que el espejo. Desde las noches agoreras en que su pulida superficie,
incitada por la temblorosa llama del candil, reflejaba la imagen del porvenir, hasta las
frondosas historias del mundo del "más allá del espejo", una sucesión de imágenes
sutilizadas rodea con una aureola de fantasmagoría la luna desnuda del espejo, que siempre
parece estar en espera.
Su marco es cual ribera de un lago siempre quieto donde está esperando un eco que nunca
falla, un reflejo, una influencia. El espíritu seduciendo al cuerpo; el cuerpo buscando al
espíritu.
Los espejos ayudan a mantener el diálogo con nosotros mismos, entrecortadas palabras que
vuelven a encontrarse, frente a una vidriera espejada, en una calle, en una habitación.
Afortunadamente la decoración moderna ha rehabilitado al espejo, un poco olvidado en los
últimos años.
Conocidos ya desde la Edad Media, durante más de dos siglos su creación estuvo
monopolizada por Venecia, donde se hicieron piezas de hermosas líneas y gran categoría.
En Fontainebleau existe un pequeño espejo con marco de boiserie, que fue ofrecido por la
República de Venecia a María de Médicis, cuando nació su hijo Luis XIII. El solo hecho de
estar enmarcado en una boiserie deja adivinar lo poco abundantes que eran y la importancia
que se les daba, ya que se obsequiaba con ellos en acontecimientos de gran resonancia.
Luego, a medida que fue aumentando el número de fábricas, el precio de los espejos
disminuyó y hoy constituyen uno de los elementos decorativos más usuales y bellos.
Aparte de su valor como multiplicador de imágenes en luz y sombra, produce efectos de
brillo y espacio ilimitado.
Introduce luz en lugares oscuros. Y cuando tiene color, completa propósitos especiales. Con
un suave tinte rosado crea un brillo cálido. Los de color metálico, producen la sombra
profunda. Los azules una sensación de fría distancia. Los de oro guardan un rayo de sol.
Dan al decorador la posibilidad de crear una ilusión arquitectónica como color y por medio
de la luz. Sirven para crear ilusión de espacio y profundidad. Una habitación pequeña con
una pared de espejo duplica su tamaño.
Como permiten una manipulación de la luz y de la perspectiva, son un arma pródiga en
manos de un buen decorador.
Su abundancia produce una ligera sensación de frío y su excesivo brillo puede alterar el
reposo de un ambiente; pero una puerta o un biombo de espejo o de pequeños espejos
hábilmente unidos como para no deformar las imágenes recibidas, enriquecen y dan vida
nueva a un ambiente, en el que son, además, un toque de categoría y buen gusto.
Los espejos venecianos, y los que se destacan por la belleza de sus marcos, son elementos de
decoración hermosísimos, y piezas cuya categoría propia es capaz de realzar todo el
conjunto en que se los ha colocado.