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DECORACION DE INTERIORES - El arte en la casa
EL BIOMBO
Las primeras noticias que nos llegan sobre este mueble datan del año 1500, época en el que
aparecen mencionados en un inventario en el que figuran "dos biombos de terciopelo
adornados con cruces de plata y bordados en oro".
Sin duda alguna se trataba de biombos pequeños utilizados entonces sobre los altares para
preservar al sacerdote de las corrientes de aire, precaución bien necesaria si se tiene en
cuenta que las capillas privadas en su mayoría estaban situadas en forma de pequeño ábside
con vidrios y, por lo tanto, expuestas a los vientos.
De la capilla pasó a las dependencias internas, donde sus servidos fueron bien estimados, y
en descripciones y en estampas lo vemos figurar ocupando un primer plano.
Desde aquel entonces hasta nuestros días su uso fue afianzándose y en ningún momento fue
desplazado.
Su tamaño varió siguiendo las exigencias de los ambientes que fueron modificándose, como
también varió el material que se empleó en su fabricación.
Desde los terciopelos de las más ricas calidades, las más finas maderas, las tapicerías más
hermosas especialmente diseñadas, verdaderas obras de arte en la materia, las telas pintadas,
las sedas de la China, los damascos, etc., hasta llegar a nuestros días en que las cretonas, los
espejos, los cristales con flores, hojas y mariposas aplicadas y las más modernas telas se
emplearon en su realización e hicieron que este mueble fuese estimado en dos diferentes
aspectos; unas veces como elemento decorativo y otras como elemento útil en un
determinado ambiente.
La moda fue imponiendo nuevos motivos, su tamaño fue reduciéndose no sólo en número
de hojas, sino también en altura.
En su papel de mueble práctico le cupo una misión especial: la de dividir los ambientes
supliendo así la falta de tabiques.
Su uso se hace poco menos que imprescindible frente a la puerta que comunica el comedor
con la antecocina, para crear un pasaje que permita mantener la puerta de comunicación
abierta.
Como elemento decorativo puede suplir la falta de tapicería, necesaria cuando un salón es
muy amplio y sus paredes son lisas y en las que la colocación de cuadros, aunque éstos
fueran muchos, no salvarían su desnudez y le harían pecar de recargada.
Puede ser empleado también para dar movilidad a la monótona y obligada disposición de
un cuarto.
Los pianos verticales suelen ser un problema para las dueñas de casa cuando llega el
momento de darles ubicación. Este problema nace porque consideran que la única forma de
colocarlo es arrimado a la pared. Un biombo puede dar la solución. La pared deja de ser el
apoyo obligado de este instrumento musical, el que se colocará perpendicular a la misma
poniéndole como fondo un biombo cuyo color contrastará con el del piano y cuyo ancho será
también mayor. De esta manera queda zanjada la dificultad y se habrá logrado además
dividir la habitación, constituyendo, si los muebles y el tamaño de la misma lo permiten, dos
ambientes.
Colocado detrás de un sofá o de una mesa o de un sillón destaca las líneas de estos muebles.
Un biombo blanco, liso, puesto en un rincón con un cesto de flores delante, o con una planta,
es un detalle capaz de cambiar la monotonía de cualquier ambiente y puede ser un motivo
especial para separar ambientes unidos entre sí por una arcada, reemplazando con éxito al
cortinado.
El decorador moderno da tal trascendencia al biombo que se ha aventurado con creaciones
realmente extraordinarias. Nos ha presentado biombos con sólo dos hojas formadas por un
marco rectangular, cruzado por sogas finas que forman cuadrados. En cualquier rincón lleno
de luz este biombo quedaría muy bien, especialmente cerca de una puerta o una ventana.
Una variación de gran efecto en este biombo se consigue con sogas que sólo lo crucen
longitudinalmente. Al pie del mismo se colocarán maceteros con batatas, puestas en agua,
que al crecer, se enredarán en las sogas, lográndose así un magnífico efecto, para realzar un
rincón del living o un ángulo de un pasillo o para separar un patio.
Al hablar de los espejos, dijimos que los mismos fueron recurso de capital importancia para
que los decoradores lograran dar amplitud a ambientes que carecían de ella. Los emplearon
en revestimientos, en puertas, etc., y por supuesto, no olvidaron los biombos.
Si un ambiente, además de reducido, es oscuro, con un biombo tapizado en un tono muy
serio, se podrá obtener una nota por demás agradable, y también realzar, dando
luminosidad, las líneas elegantes de un mueble de categoría al que quiere dársele
preferencia.
Los biombos de espejo azul pueden ser la nota de color necesaria en un ambiente donde lo
claro de los muebles y de las paredes hacen un todo frío.
Si tenemos una única pieza de época y queremos ambientarla, el biombo puede ser nuestra
solución. Por ejemplo, si tenemos una imagen en piedra que se pierde en un conjunto
moderno, lograremos ubicarla con categoría poniéndole por fondo un biombo forrado de
terciopelo, ya sea rojo o verde, esto de acuerdo con el carácter general de la habitación, y que
bien podría ser enmarcado por grandes clavos dorados.
En materia de biombos, mucho se puede hacer y se puede lograr; nos bastará tener presente
para ello las necesidades de los diferentes ambientes que conforman nuestra casa.
COMEDOR "AIRE LIBRE". Solamente un gran vidrio separa del jardín este comedor. Las
sillas y el biombo de rejilla dan la sensación de transparencia.