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BANCO Y MONEDA - Los Bancos Centrales y la regulación del mercado monetario
DIFICULTAD QUE
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EXISTE PARA ESTABLECER EL MOMENTO OPORTUNO EN QUE
DEBE APLICARSE UNA POLITICA MONETARIA DETERMINADA
Sea cual fuere el procedimiento que utilice el Banco Central para controlar la situación
bancaria y monetaria, el problema más difícil que debe afrontar es el de poder elegir el
momento propicio para que la política que emprenda produzca los resultados esperados.
Si se desea frenar un movimiento expansionista y se aplican los instrumentos de control
antes que el mercado se encuentre en ese estado, como podrá suceder si aún existen factores
de la producción desocupados, la medida podrá resultar inconveniente.
Lo mismo pasaría si los procedimientos restrictivos se ejecutan tina vez que la expansión se
encuentra fuera del control del Banco Central.
La experiencia de algunos países ha mostrado que resulta difícil aplicar estas medidas
cuando impera un optimismo exagerado en los negocios y los bancos se muestran reacios a
adoptar una política menos liberal en la concesión de préstamos.
Para poder llevar a cabo una política de control monetaria, el Banco Central debe poseer
algún elemento de juicio que le permita fundar las medidas que adopte.
En una época, el Banco de Inglaterra modificaba sus tasas de interés de acuerdo con la
fluctuación que mostraban sus existencias de oro respecto a los depósitos.
Cuando la relación bajaba o subía de cierto nivel determinado, el Banco de Inglaterra
aumentaba o disminuía la tasa de interés.
Se ha sostenido que este índice no era satisfactorio, por reflejar con un cierto retardo las
fluctuaciones económicas que se deseaba evitar.
El economista inglés Pigou ha señalado la conveniencia de utilizar algunos índices más
sensibles, si el Banco Central desea frenar los impulsos expansionistas en el momento
propicio, como podrían ser los precios de los valores que se cotizan en Bolsa, el volumen
mensual de nuevos pedidos que se hagan a las industrias importantes del país, las
existencias de artículos terminados en poder de los comerciantes, o el número de los
trabajadores desocupados.
Lo expuesto precedentemente muestra lo difícil que resulta aceptar un determinado índice
para adoptar una política monetaria definida.
El ejemplo de lo que sucedió en Estados Unidos en el lapso 1920-28 ratifica esa dificultad.
Según sostienen algunos economistas, la Reserva Federal consideró que la política apropiada
era mantener estable el nivel de precios mayoristas, a cuyo fin utilizó todos los
procedimientos que le autorizaba en ese entonces la ley, que eran la modificación del tipo de
interés, las operaciones de mercado abierto y los métodos persuasivos.
En ese período, los adelantos tecnológicos y la reducción de los costos de producción
hubieran tendido a reducir el nivel de precios en lugar de mantenerlo estable.
Como la Reserva Federal fue contraria a esa política de precios en baja, aplicando tasas
reducidas de interés, se gestó una gran inflación de valores que produjo la gran crisis
bursátil con efectos perniciosos sobre la economía mundial.
Para finalizar con este punto, recordemos lo expresado cuando estudiamos la polémica
suscitada en Estados Unidos sobre los precios estables. En dicha polémica se observa cómo
con posterioridad a los hechos arriba mencionados, la Reserva Federal sostuvo en forma
terminante que no le competía intervención alguna en dicho problema.