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BANCO Y MONEDA - Los Bancos Centrales y la regulación del mercado monetario
LAS OPERACIONES DE MERCADO ABIERTO
Cuando el Banco Central desea hacer efectiva la tasa de descuento, realiza operaciones de
mercado abierto.
Las operaciones de mercado abierto consisten en la compra y venta de títulos que hace el
Banco Central en el mercado. Si el Banco Central desea crear nuevos fondos en el mercado,
comprará títulos y acreditará los importes correspondientes en las cuentas corrientes de los
vendedores, con lo que se aumentarán los depósitos bancarios.
Habrá abundancia de dinero y bajarán las tasas de interés.
El fenómeno inverso se producirá cuando se desee retirar fondos del mercado. El Banco
Central venderá títulos, con lo que retirará el importe equivalente de medios de pago, ya sea
en forma de billetes o depósitos corrientes.
En la práctica, las operaciones del mercado abierto han sido utilizadas para compensar los
movimientos de metálico. Cuando salía el oro y se reducía el circulante y los efectivos
bancarios, el Banco Central compraba títulos cuyo equivalente de medios de pago lanzados
al mercado, cubría el hueco dejado por la restricción del medio circulante o de los depósitos
bancarios. El fenómeno inverso sucedía cuando ingresaba oro.
En esta forma se neutralizaban los efectos que los movimientos de metálico podrían tener en
la circulación bancaria y monetaria interna.
Es claro que las posibilidades que tiene un Banco Central de afectar la situación del mercado
monetario, realizando operaciones de mercado abierto, depende no sólo de sus existencias
de títulos públicos, sino también de su resolución de comprar esos papeles a cotizaciones
altas y estar dispuesto a venderlos a precios más bajos si la situación del mercado lo exige.
En cuanto al primer problema, sabemos que en el lapso 1935-37 los bancos accionistas de la
Reserva Federal tenían un excedente de efectivo respecto al mínimo legal que alcanzaba a
3.300 millones de dólares, mientras que la cartera de títulos públicos en poder de la Reserva
Federal sumaba 2.400 millones de dólares. En tales circunstancias si la Reserva Federal
hubiera deseado vender todo el papel fiscal que poseía, para absorber esos excedentes
bancarios, no hubiera logrado su propósito, pues los bancos accionistas hubieran retenido
aún 900 millones de dólares de fondos excedentes.
Por otra parte, tal política hubiera sido difícil de llevar a cabo, dada la oposición del Tesoro
norteamericano de que se lanzaran al mercado una cantidad tan grande de títulos públicos,
con su efecto deprimente en los precios, en momentos en que el fisco recurría al mercado
para financiar sus necesidades.
Respecto a la segunda dificultad, de sufrir pérdidas por las operaciones de mercado abierto,
no creemos que ella sea de tanta importancia como para evitar la realización de esa política
monetaria, si tenemos en cuenta que los Bancos Centrales no son instituciones creadas con
fines de lucro. Sin embargo, no debe descartarse que en algunos casos las posibles pérdidas
en las operaciones de mercado abierto puedan trabar el manejo flexible de esta política.
Durante la segunda guerra mundial, las operaciones de mercado abierto tuvieron por
finalidad esencial, especialmente en los Estados Unidos, la de facilitar la colocación de los
títulos públicos que en forma ininterrumpida volcaba el gobierno para cubrir sus
compromisos bélicos. Las compras de títulos públicos por la Reserva Federal, al aumentar
los depósitos bancarios, facilitaron la financiación del gobierno, al permitirle mantener no
sólo una plaza propicia para los valores del Estado, sino también cotizaciones satisfactorias
para dichos papeles, gracias a una tasa de interés baja conservada con adquisiciones
enérgicas de títulos en el mercado.