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ASTRONOMIA - La Tierra
INTERIOR DE LA TIERRA
Lo que más luz ha proyectado para conjeturar el interior de la Tierra es la manera cómo se
propagan las ondas de los terremotos. Hasta el presente, tres verdades fundamentales han
sido puestas de relieve por este método: 1) una rigidez o resistencia a la deformación del
núcleo terrestre mayor que la del acero; 2) una velocidad de propagación creciente con la
profundidad de las capas; 3) discontinuidad en la distribución de la masa con indicios de
zonas de diferenciación a los 1.200 y 2.900 kilómetros. De todos estos indicios deduce H
HAALCK que el interior de la Tierra se halla formado de un núcleo homogéneo de 3.470
kilómetros de radio sobre el que descansa una capa de 2.900 kilómetros de espesor, integrada
a su vez por otras dos capas concéntricas y homogéneas, entre las cuales la solución de
continuidad más notable se halla a 1.200 kilómetros de la superficie. Por el conocimiento,
aunque todavía imperfecto, de la densidad de la Tierra, concluye v. M. GOLDSCHMIDT, que
el núcleo central se halla formado principalmente de hierro y níquel con densidad 9; la zona
intermedia, de hierro y azufre, con densidad 6; y la zona más externa, de silicatos, con
densidad 3: de esta suerte se llega a la densidad media de la Tierra, que es 5,52.
Por el aumento de temperatura con la profundidad, que es a razón de 2,9° por cada 100
metros, lo cual da un gradiente geotérmico de 34,5 metros por cada grado centígrado, y
también por la elevada temperatura de la lava arrojada por los volcanes, es obvio suponer
que el calor central de la Tierra debe llegar a varios miles de grados. Atendiendo a esta
temperatura, que sin duda supera a la considerada hasta ahora como crítica para todos los
cuerpos, el núcleo de la Tierra debería hallarse en estado gaseoso: no obstante, como las
enormes presiones a que está sometido pueden elevar las temperaturas críticas de sus
componentes, de aquí que generalmente se le considera en un estado intermedio entre el
líquido y el sólido, es decir, que lo más verosímil es considerarlo semifluido.