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ASTRONOMIA - El Sol
LUZ ZODIACAL
Es un tenue resplandor claramente perceptible en las latitudes medias por Occidente, unas
dos o tres horas después de puesto el Sol al principio de la primavera, y por Oriente, dos o
tres horas también antes de su salida en los primeros meses de otoño. Su forma es de huso,
de 20 a 30 grados de anchura, que en ocasiones se levanta hasta cerca del
cenit y sigue
próximamente la dirección de la zona zodiacal, de donde ha tomado el nombre. En los países
tropicales, en que la elíptica se levanta casi verticalmente, la luz zodiacal se ofrece bajo un
aspecto más brillante y definido, hasta llegar a dar enteramente la vuelta al cielo, lo cual
demuestra que no sólo envuelve al Sol, sino que incluso la Tierra se halla sumergida en su
seno.
Algunos autores como STONEY, ARRHFNIUS y EVERSEED, han querido ver en la luz
zodiacal una especie de cola cometaria de la Tierra; pero el conjunto de los hechos no parece
confirmar esta opinión. La explicación más comúnmente admitida supone que se trata de
una nube de corpúsculos materiales o de moléculas gaseosas, que envuelven al Sol y giran en
torno suyo: estos pequeños corpúsculos o gases provendrían de la dispersión de los
enjambres meteóricos, los cuales, a su vez, serían el resultado de la disgregación de los
cometas. A esta nube de polvo cósmico, por razón de su resistencia, atribuyen algunos la
disminución progresiva del período del cometa Encke, que en cada revolución de 3'3 años se
acorta en unas dos horas. El espectro de la luz zodiacal es el mismo que el del Sol, lo cual
indica que se trata de luz solar reflejada. La polarización de la luz zodiacal es muy
considerable, lo que también es otra confirmación que se trata de luz reflejada.
La luz zodiacal puede considerarse como una prolongación, sin solución de continuidad, de
la corona solar; y esta luz zodiacal sería, a su vez, indefinida. El hecho de que se observe
hasta el cenit del observador, demuestra que la Tierra está sumergida en ella. Además,
muchos observadores de latitudes ecuatoriales aseguran haber notado hacia medianoche y
en dirección opuesta a la del Sol una cierta luminosidad, conocida con el nombre alemán de
Gegenschein y que en castellano llamaríamos luz antisolar. Arrhenius atribuye este
resplandor a las partículas que han sido previamente repelidas por la presión de la radiación
solar y que luego se precipitan otra vez hacia el Sol. Otros autores han supuesto que la luz
antisolar podría ser un rudimento de cola cometaria, de que estuviera provista la Tierra. Pero
una y otra explicación tropiezan con dificultades poco menos que insolubles; por esto el
astrónomo español Comas y Solá atribuye dicha luminosidad a la concentración de los rayos
solares por la atmósfera terrestre, que actuaría a manera de lente convergente: esta
concentración iluminaría con especial intensidad las nebulosidades difusas de la luz zodiacal
en las regiones opuestas al Sol y a distancias de la Tierra no muy grandes.
LUZ ZODIACAL. Encima del horizonte durante el crepúsculo es dado observar el curioso
resplandor de la luz zodiacal.