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ASTRONOMIA - Meteoros cósmicos
AEROLITOS
Son las piedras del cielo caídas a la Tierra: se llaman también meteoritos o uranolitos. La
superficie de los aerolitos suele estar envuelta en una película de materia fundida y luego
enfriada, con depresiones llamadas digitaciones, como si estando blanda, hubiese sido
comprimida con los dedos. La forma de los aerolitos es casi siempre irregular, con las aristas
y caras redondeadas.
COMPOSICION DE LOS AEROLITOS. Oscila entre la de una masa de hierros niquelíferos y
la de una roca eruptiva básica, del tipo de las peridotitas. La composición de los aerolitos
ferruginosos es compleja, pues además de hierro y níquel, suelen tener fosfuros y carburos
metálicos. La textura de estos aerolitos suele ser laminar, entrecruzada, que se hace patente
pulimentando una superficie, atacándola en caliente con ácido nítrico diluido y lavándola
después con agua. Los aerolitos pétreos llevan casi siempre hierro niquelífero, y ofrecen una
estructura granular, semejante a una brecha, en la que los cristales grandes y pequeños de los
diversos minerales aparecen entremezclados de la manera más irregular y arbitraria.
AEROLITO. Fue encontrado en Cape Cork (Groenlandia) el año 1894.
DIVISION DE LOS AEROLITOS. Por su composición, en metálicos, pétreos y mixtos: 1) Los
aerolitos metálicos, llamados también hierros meteóricos o sideritos, constan principalmente
de hierro y níquel, con algo de azufre y fósforo. 2) Los aerolitos pétreos o lititos constan de
olivino, broncita, sugita, labradorita,
anortita y a veces también de grafito. 3) Los aerolitos
mixtos o litosideritos presentan caracteres intermedios entre los sideritos y los lititos, por
cuanto las aleaciones metálicas y los minerales pétreos se mezclan en varias proporciones.
El número total de las caídas de aerolitos registradas se eleva a 900, con un máximo de 11 el
año 1868 y un total de 49 entre los años 1861 y 1870. Tomando como 5 el promedio anual de
las caídas registradas y suponiendo que el de las no registradas es 10 veces mayor, resulta
que cada año llegan a la superficie terrestre unos 500 aerolitos cuya masa total sería tan sólo
de unas pocas toneladas.
En cuanto a la repartición geográfica, se observa una mayor abundancia de ellos (dos o tres
veces más) en América que en el Antiguo Continente. Esto se atribuye a que, desde la más
remota antigüedad, los habitantes de Europa, Asia y Africa apreciaron más el hierro que no
los indígenas americanos antes de Cristóbal Colón, y por consiguiente, hicieron desaparecer
en gran proporción muchas de estas masas ferruginosas.
Los aerolitos son muy buscados, puesto que proporcionan datos del mayor interés para la
resolución de problemas geofísicos. El número de fragmentos en que se desmembra un
aerolito oscila entre límites muy vastos; así, en Holbrook se recogieron más de 14.000
fragmentos; en Pultisk más de 100.000 y en Mohs muchos más todavía. El peso de los
distintos aerolitos pétreos varía, desde polvo y granitos, hasta más de 300 kilogramos, como
el recogido en Knyahinya. Son menos frecuentes las caídas de hierros meteóricos, pero como
sus fragmentos son mucho mayores, de aquí que la masa total de éstos supere en mucho a la
de los aerolitos pétreos.
Así, la masa de hierro meteórico recogida en Yenisei (Siberia) en el año 1750 pesaba 635
kilogramos; el encontrado en Otumpa (República Argentina) en 1783 por los españoles
pesaba 15.000 kilogramos y el de Willamette (EE. UU.) , existente en el Museo de Historia
Natural de Nueva York, pesa 16 toneladas. El mayor aerolito conocido procede de
Groenlandia, pesa 370 toneladas y se conserva en el Museo de Nueva York.
Entre los aerolitos encontrados en el suelo argentino, el de mayor valor científico es el de
Nogoyá (Entre Ríos), caído el 30 de junio de 1879. Este aerolito, que al ser encontrado pesaba
2.250 gramos, se dividió en varios fragmentos, que luego se repartieron para su estudio entre
los principales centros de investigación y museos del mundo. En el Museo de Buenos Aires
se conserva un fragmento de 356 gramos, y en él se han encontrado humoides, o sea un
complejo de naturaleza orgánica, como los que se hallan en la tierra arable, y que resulta de
procesos bioquímicos bien definidos.
EFECTOS DE UN METEORITO. Cráter meteorítico que se encuentra en Arizona.