Textos    |    Libros Gratis    |    Recetas

 

.
ASTRONOMIA - Las hipótesis cosmogónicas
HIPOTESIS DE KANT Y LAPLACE
MANUEL KANT en su Historia natural universal y teoría del cielo, describió el espacio
entero en que se encuentran ahora el Sol y los planetas, como relleno, en su origen, de
materia descompuesta en sus elementos primitivos. Primeramente la atracción química entre
los diversos elementos comenzó, según este autor, a introducir cierto orden en el caos; pero
de pronto la atracción gravitatoria comenzó a tomar parte también; los átomos más densos se
aglomeraron y los más ligeros fueron rodeándolos y formando esferas. A su vez, la
expansión gaseosa proporcionó la fuerza repulsiva que debía producir los movimientos de
rotación, al desviar las partículas en su caída, de unas contra otras. Gradualmente el núcleo
del Sol se aglomeró en el centro de la nebulosa y las demás partículas se aglomeraron en un
solo plano. Los movimientos contrarios se eliminaron, hasta que todo el sistema giró en un
sentido único; entonces los planetas se formaron paulatinamente por aglomeración. Tal es, en
síntesis, la teoría desarrollada por el celebrado filósofo de Krinigsberg.
LAPLACE dio a conocer su famosa hipótesis en la obra Exposición del sistema del mundo,
que difiere de la de KANT en muchos detalles importantes y que estaba destinada a reinar en
las ideas cosmogónicas durante más de un siglo. Cinco fenómenos deben ser tenidos en
cuenta, según su autor: 19, los movimientos de los planetas en el mismo sentido y casi
exactamente en el mismo plano; 29, los movimientos de los satélites en el mismo sentido que
los planetas (entonces no se conocían satélites con movimiento retrógrado) ; 39, los
movimientos de rotación (conocidos hasta entonces) de esos diferentes cuerpos y también del
Sol en la misma dirección; 49, la pequeña excentricidad de la órbita de los planetas y de sus
satélites; 5
9
, la grande excentricidad e inclinaciones indeterminadas de las órbitas de los
cometas.
Laplace parte de un fluido de vasta extensión que comprendiese todas las órbitas de los
planetas actuales y dotado de ese movimiento de rotación creciente, a medida que la
nebulosa se contrae, hasta hacerse tan rápido en la zona exterior que la fuerza centrífuga
equilibrara la gravitación y se desprendiera un anillo de materia, continuando los anillos
desprendidos girando en el mismo sentido que la nebulosa. Supone, además, que las
pequeñas irregularidades de las órbitas y las desviaciones de sus planos respecto al ecuador
solar se deben al irregular desprendimiento de la materia. Finalmente, LAPLACE, al tratar de
los cometas, considera la grande excentricidad de sus órbitas como argumento para probar
que no pertenecen al sistema solar.
Esta hipótesis levantó pocas protestas durante más de medio siglo; pero en 1861 BABINET
demostró que los períodos de revolución eran mucho más cortos de lo que les correspondía,
si los planetas se hubiesen formado partiendo de anillos desprendidos del Sol en sus fases
anteriores.
En 1878 A. B. BICKERTON, con ocasión de una estrella nueva aparecida en la constelación
del Cisne dos años antes, llegó a concluir la imposibilidad de sostener la hipótesis nebulosa
de LAPLACE, y que debía ser substituida por la teoría de las colisiones dinámicas,
anticipándose a las teorías actuales, aunque sin pretender nunca haber resuelto el problema
del origen del sistema solar.