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ASTRONOMIA - Los cometas
ASPECTO DE LOS COMETAS
Los cometas se nos presentan con el aspecto de masas globulares difusas, algo así como se
ofrecen en la Tierra las nubes y el humo. Apoyan esta idea hipotética el hecho de la débil
masa cometaria y el que, a través de los cometas telescópicos, puedan verse estrellas, sin
disminución aparente de brillo. Por otra parte, el análisis espectral nos informa que los
cometas no son meros reflectores de la luz del Sol, como los planetas, sino focos de emisiones
de radiaciones propias que se manifiestan en varias bandas brillantes características,
superpuestas al espectro continuo del fondo. En los cometas se han identificado las bandas
del óxido de carbono, del cianógeno, del nitrógeno y del carbono; más aun, en los cometas
que se han acercado mucho al Sol se han descubierto rayas brillantes pertenecientes al sodio,
hierro y magnesio.
Con respecto a la cola de los cometas, se cree ser ésta un efecto de luz debido a la
fosforescencia emitida por la electricidad, algo así como la que tiene lugar en muchos
cuerpos al recibir la acción de los rayos catódicos en el interior de un tubo en el que se ha
practicado el vacío. Según esta explicación, el calor solar intervendría como factor
desintegrante de los productos más volátiles del núcleo y al mismo tiempo como manantial
de radiaciones catódicas, cuyo bombardeo provocaría la fosforescencia de las partículas
desprendidas del núcleo.
Los cometas se presentan con preferencia como cuerpos celestes de colosales dimensiones.
Importa, pues, examinar el alcance de estas dimensiones y si su masa corresponde a las
mismas. El tamaño de la cabeza es tan grande que, en la mayoría de los cometas, no podría
pasar entre la Tierra y la Luna sin envolverse a entrambos astros. En el de 1811 el volumen de
la cabeza era comparable al del Sol. Pero el núcleo de los cometas es relativamente pequeño,
pues su diámetro varía desde algunas decenas de kilómetros, como en el cometa 1798 I, hasta
varias veces el volumen de la Tierra, como fue el caso del cometa 1845 III.
Las longitudes de las colas cometarias son muy variables, pudiendo alcanzar valores
inconcebibles. En cuanto a las longitudes aparentes, éstas pueden variar desde 0
0
hasta 150
0
,
como en la del cometa Halley. En cuanto a las longitudes, son comunes los cometas con colas
de 20, 50 y más millones de kilómetros. Así, la cola del gran cometa de 1847 medía 212
millones de kilómetros; la dél cometa de 1680, 240 millones, y la del cometa de 1843 habría
alcanzado desde las proximidades del Sol al planeta Marte, pues medía la longitud de unos
320 millones de kilómetros.
LOS COMETAS Y EL SOL. Dirección de la cola de los cometas en las proximidades del Sol.
La masa de los cometas no responde ni con mucho a sus dimensiones, pues no ejerce
prácticamente efecto alguno sobre las masas vecinas; así, el cometa 1889 V pasó por entre los
satélites de Júpiter sin perturbar sus órbitas, a pesar de haber recibido él mismo una sacudida
tan fuerte que le hizo reducir su período de 27 a 7 años. Del cometa Lexell (1770) calculó
Laplace que su masa debía ser inferior a 1/5.000 de la terrestre.
De aquí es dado deducir el extremado enrarecimiento de la materia en el seno de los cometas.
Suponiendo que cada kilómetro cúbico de la cabeza contuviese la masa de una tonelada, lo
que es mucho suponer, resulta que la densidad sería un millón de veces inferior a la del aire
en condiciones normales. La densidad de las colas cometarias apenas debe diferir del vacío
absoluto.