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ARTE - El arte griego en la época primitiva
El arte griego es la manifestación más perfecta de esta clase que haya producido la humanidad.
Su perfección se debe a que ofrece un equilibrio incomparable entre la fantasía y la razón. Las
causas del apogeo del arte griego fueron múltiples, pero entre ellas hay que destacar como las
más importantes las que siguen: la Naturaleza, constituí-da por el mar Egeo, sembrado de islas;
el clima uniforme y el cielo hermoso; la raza: en tanto que el espíritu dórico es reposado y
noble, el jónico está dotado de gracia e imaginación: las costumbres del pueblo griego, su vida
al aire libre, el gusto por los deportes, por la vida política, por el desarrollo de la inteligencia; a
todo esto se unía, como factor primordial, la belleza del tipo helénico, característico en las
mujeres y en los hombres.
Grecia está constituida por cinco unidades geográficas: la primera es la Hélade, con sus
grandes ciudades como Corinto, Esparta, Delfos y Atenas, que constituyen propiamente la
Grecia central, cuna del arte dórico; la segunda es la Grecia asiática, con sus ciudades como
Pirene y Efeso, cuna del arte jónico; la tercera es la Grecia del Africa, cuyas ciudades más
importantes son Naucratis y Sirene; la cuarta es la Grecia Occidental, conocida con el nombre
de Magna Grecia, y que ocupó buena parte de la Italia del oriente y del sur, con ciudades muy
importantes como Poestum, Cumas, Síbaris, Crotona, Metaponto, Tarento, Masalia, etc., y la
quinta, es la Grecia insular, que comprende Sicilia y las islas del Adriático, Citeres y Creta, las
Cícladas, las Espóradas, Rodas y Chipre, Samos, Chíos,
Lesbos, etc. Todo este conjunto
geográfico produce la gran manifestación artística que conocemos con el nombre de Arte
Griego.
Cuatro períodos pueden considerarse en esta manifestación: el período Egeo, o prehelénico, de
estilo naturalista, que comprende de 2800 a 1100 a. de T. C., y que corresponde a la época del
Bronce en la que se desarrolla todo el llamado arte minoico o crético-micénico. La llamada
Edad Media griega, o Epoca del Hierro, de estilo geométrico (1100 a 750 a. de J. C.
aproximadamente) que se inicia con la llegada de los dorios y la consiguiente dispersión de los
primitivos habitantes pelásgicos, y en la que comienza la época helénica propiamente dicha.
Epoca arcaica, de 750 a 510 a. de J. C., dentro de los mismos tiempos del Hierro, o Protoclásica,
donde el estilo geométrico del hierro padece una creciente influencia oriental neomicénica de
tipo naturalista; y la Edad de Oro, o Clásica, que corresponde a los tiempos históricos, y que
puede fecharse desde las Guerras Médicas (510-460 a. de J. C.) hasta la muerte de Alejandro
(323 a. de J. C.). A estos cuatro períodos puede añadirse, como complemento, el llamado
período helenístico, es decir, la prolongación del arte griego en los tiempos pos-alejandrinos y
su supervivencia en otros países hasta los tiempos del imperio romano. Sus fechas aproximad
as podrían fijarse entre la muerte de
Alejandro y la sujeción final de Macedonia por Pablo
Emilio (167 a. de J. C.) y con ella la conquista y la ocupación definitiva de Grecia por Roma.
Las primeras manifestaciones del arte griego corresponden a la civilización greco-pelásgica.
Las excavaciones realizadas en Santorín, Hissarlik, Micenas y Tirinto, muestran un arte
ingenuo, con formas sencillas pero dotado de gran belleza. Así, el famoso Tesoro de Atreo, en
Micenas, cuya puerta ostentaba dos figuras de leones rampantes a los lados. En la famosa
Puerta de los Leones aparecen otros dos, a los lados de una columna.
ARTE MICENICO. Cabeza de toro, tallada en plata.
Son notables, en este período, los trabajos en metales nobles, entre los cuales merece citarse una
cabeza de toro, en plata, y una de león, en oro, representantes típicos del naturalismo micénico.
Algunos frescos revelan el arte de la pintura en esta época: una sacerdotisa en Tirinto, un
fresco que representa delfines estilizados, en el palacio de Minos, en Cnosos, así como una
decoración mural en el mismo palacio, en la sala del trono, de gran belleza decorativa. En
Micenas y Orcomenos se hallaron también pinturas murales de alto interés artístico. Pero
donde la pintura tuvo una aplicación riquísima, en este período, fue en la cerámica. En los
comienzos del período merece citarse la cerámica de Orcomenos y de Camares; hacia la mitad
(1500-1400 a. de J. C.), época del Tesoro de Atreo, (en realidad un sepulcro de cúpula, llamado
erróneamente de ese modo), y de los grandes palacios, la llamada Cerámica de Palacio, y en los
últimos tiempos (1400-1200 a. de J. C.) los vasos micénicos de Jalisos, Creta y Beocia.
TALLA EN BRONCE. Pieza hallada en el "Tesoro de Aireo", Micenas.
Creta es, con Micenas, el centro cultural de esta época. De ahí que a este período íntegro suela
designárselo con el nombre de cultura crético micénica. Los grandes palacios de Creta fueron
realmente joyas de suntuosidad y arte. Ya en los últimos tiempos del período, la pintura acusa
una tendencia decorativa a lo lineal y a la estilización de los motivos vegetales, precursora de
lo que será el Estilo Geométrico del período siguiente (época arcaica) con la llegada de los
dorios. Estos, que traen una cultura neolítica de su país de origen (como hemos visto, el
Neolítico es de estilo abstracto), apoyándose en el arte final de la estilización micénica, darán
origen a las primeras manifestaciones de lo que más tarde será el orden dórico. En todo el
período, las influencias asiáticas —especialmente Jonia, en el Asia Menor, donde se mantiene
vivo el espíritu naturalista minoico actuaron persistentemente sobre Grecia. Egipto también
influye de manera visible en este arte de los tiempos micénicos. En sus últimos tiempos, la
sencillez de las formas se une a la estilización, y produce un arte hasta cierto punto infantil,
pero dotado ya de la imaginación que constituye, indudablemente, el verdadero privilegio del
arte de la Grecia clásica en el maravilloso siglo llamado de Pericles (siglo v a. J. C.)
ARTE ARCAICO. Una estatua de Apolo, del siglo VII a. de J. C.