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ARQUITECTURA Y URBANISMO - La teoría de la Arquitectura
LAS SIETE LAMPARAS...
La síntesis que antecede nos impone del objeto y de las preocupaciones que tocan a la teoría de la
Arquitectura. Disciplina viva, al servicio de las necesidades de nuestro tiempo y sensible a las
exigencias del futuro, su sentido actual puede resumirse en dos expresiones: mecanolatría y
funcionalismo; y en un peligro: la casa prefabricada.
Alcanzada en lo vivo por el espíritu de los tiempos que corren, se ha querido ver en la vivienda,
rodeada de un maquinismo exacerbado, una máquina más: la máquina para vivir. Y creado así el
ídolo, se incurrió momentáneamente en su idolatría.
Ya en período de rectificación, nuestra arquitectura se propone asegurar hoy la individualidad y
carácter de cada edificio, dentro del imperativo de que funcione bien. El término funcional, algo
bárbaro, ha entrado en el léxico de la profesión, donde, referido a soluciones, se emplea ahora como
más acertado o conveniente.
Y aquí, el peligro. La escasez de viviendas en el mundo, consecuencia de las destrucciones
provocadas por la guerra y también producto de los éxodos de población que alcanzan a los países
no incluidos en el desastre, ha motivado una honda crisis de la vivienda. La casa tipo, total o
parcialmente prefabricada, económica y de rápida ejecución, aparece como una panacea y
comienza a construirse en grandes cantidades. Quienes crean advertir en ella una solución
definitiva, yerran. La casa para el hombre, será, en todos los tiempos, fiel reflejo de su idiosincrasia
e índice de su personalidad grande o pequeña. Como bajo el signo de la libertad no se aviene el
hombre a ser sólo unidad ni la sociedad a volverse sólo una cantidad, la casa, bajo la riqueza que la
libertad genera, será siempre espejo cambiante del señorío del hombre y muestra variada de la
pujanza colectiva.
Frente a todo lo expresado, valga esta reflexión:
Los grandes triunfos de la Arquitectura de todos los tiempos integran una suerte de constante
histórica. Ella está representada por la unidad del espíritu humano en busca siempre de las
diferentes soluciones que reclama su destino cambiante. Y en la búsqueda de esas soluciones
alumbran al arquitecto las lámparas que el esteta inglés Ruskin encendiera un día en su libro
inmortal Las siete lámparas de la arquitectura: las del sacrificio, de la verdad, de la fuerza, de la
belleza, de la vida, del recuerdo y de la obediencia...