ARQUITECTURA Y URBANISMO - La sucesión de Roma
ARQUITECTURA LATINA OCCIDENTAL
Mientras en Grecia el templo ge considerado vivienda de la divinidad, tradición luego conservada
en Roma, la nueva edificación religiosa al servicio del cristianismo respondía a la necesidad de
alojar en las iglesias a los fieles congregados para escuchar la predicación y practicar el culto.
Los nuevos edificios constituyen, en sus comienzos, una réplica de las basílicas imperiales que el
hijo de Santa Elena, Constantino, cediera anteriormente a la nueva religión. La fidelidad de su
repetición explica el nombre pagano de basílicas que conservaron. Hoy la Iglesia ha transformado
ese apelativo en el de una jerarquía que se reconoce aun a templos arquitectónicamente no
basilicales.
Siguiendo la tradición, su arquitectura general responde a lo siguiente: Precedidas de un patio
(atrium), seguido de un pórtico (narthex), tienen en lo principal una nave central, alta, acompañada
a cada costado por una o dos naves laterales. Cruza estas naves una lonja transversal (transepto) y
concluye la principal en hemiciclo (ábside), conteniendo un sitial (cathedra). Separadas las naves
por columnas que soportan platabandas, o arcos de medio punto, sus techos son de dos aguas al
centro y de un faldón a cada costado, sobre cerchas de madera. Su fachada, rasgada por tres o cinco
puertas, suele rematar en un frontón atravesado por una abertura circular (óculum). La pila
bautismal se instala en un cuerpo independiente que recibe el nombre de baptisterio.
Hermosos ejemplos de basílicas son las de Santa María la Mayor, San Pablo extramuros y San
Lorenzo en la ciudad de Roma.
