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ARQUITECTURA Y URBANISMO - La sucesión de Roma
ARQUITECTURA GOTICA
Gesta Dei per francos, la guerra de Dios por los francos, ge denominada alguna vez la obra de las
Cruzadas. Architectura Dei per francos merecería denominarse, atento su destino principal, lo
religioso, la gran obra gótica, gloria del arte francés.
Una técnica nueva, cuya historia estudió con amor el arquitecto francés Viollet-le-Duc, representa la
obra gótica, cuya síntesis puede explicarse como un sistema de equilibrio logrado en la
construcción con criterio distinto al clásico. Dotada de los arcos ojivales, de los contrafuertes y de
los aristones que ostentan otras arquitecturas, la construcción gótica se caracteriza porque a los
elementos antes citados, totalmente incorporados a sus fábricas, agréganse ahora el arbotante y el
pináculo. El primero, ejecutado en madera antes que en piedra, para resistir y transmitir los efectos
dislocadores del empuje de las bóvedas. El pináculo, para sobrecargar con su peso muerto
determinados valores verticales destinados a soportar empujes, facilitando así su función. Los
aristones conducen ahora el peso de las bóvedas a elegidos puntos de concentración, donde son
absorbidos y transmitidos al suelo resistente, con el auxilio de los contrafuertes y de los arbotantes.
Tal el sistema que permitió a la Arquitectura presentar un capítulo nuevo de arte; y cuya
consecuencia mayor ge la de practicar en los muros grandes y múltiples ventanas, cerradas por
vidrieras coloreadas, obras de arte ellas también, que permiten la máxima iluminación de los
interiores. Tal hecho nuevo explica la difusión de esta arquitectura en los países nórdico-europeos,
pobres de luz; y a la vez ayuda a comprender el sentido verticalista de su composición.
Precedida en Francia de una etapa de transición que ata esta arquitectura con la románica, el
cuadro gótico abarca los siglos XIII, XIV y XV, prolongándose en los comienzos del XVI. Dotada de
un fuerte espíritu de unidad constructiva, califícase de lanceolada, radiante y llameante la obra de
los tres siglos citados; porque en el caso primero el triángulo de la ojiva se perfila en punta de
lanza; en el segundo la ojiva se vuelve equilátera y los rosetones ofrecen en ellas numerosos rayos;
y en el tercero la ojiva afecta una forma obtusa y sus parteluces se ramifican dentro de su perímetro
como llamas.
Arquitectura nacida para ser ejecutada en piedra, su estereotomía (corte de las piedras) supone
particular habilidad en los operarios que las tallan. Pero, excepcionalmente fueron sus formas
también satisfechas en ladrillo, como aconteció en Suecia. Y catalogada en Francia por razones de
detalle, en los grupos de la llamada Isla de Francia, cuyo centro representa París, de Borgoña, de
Normandía y Maine y de Anjou y Poitou, difundióse además por Alemania, Flandes, Inglaterra,
Suecia, España e Italia con numerosos edificios.
Sus edificios más importantes son los religiosos: catedrales y monasterios. Le siguen en importancia
las municipalidades, los castillos feudales, los palacios urbanos, los hospitales y colegios.
Realizada por laicos al servicio de la Iglesia y de las ciudades que disputan al feudalismo sus
derechos, la arquitectura gótica constituye, sin duda, la cima del arte constructivo de la Edad
Media. Potente en su majestad, como la fe que inspirara a sus arquitectos y promoviera su erección,
una catedral —plegarias de piedra se las ha llamado— se presenta con su planta de cruz latina
como el triunfo de la nave dirigida al cielo; al que, por lo demás, apuntan bien terminadas las
gallardas torres y los numerosos pináculos de su fábrica. Muchas veces las naves son cinco; se
multiplican los ábsides; ostentan éstos algunos absidiolos; se agrupan en haces los pilares y
columnas, a cuyos capiteles convergen los aristones de las bóvedas. Estas, organizadas sobre
perímetros cuadrados o rectangulares, se dividen en segmentos de formas diversas (plementos).
Los muros ofrecen los ventanales cerrados por vitrales (vidrios coloreados, entre juntas de plomo y
con travesaños
de hierro); y al exterior se acusan en los costados y fondo del edificio los
contrafuertes, pináculos y arbotantes, con decoración escultórica cuyos motivos más singulares
campean en los conductos destinados a la evacuación de las aguas pluviales (gárgolas).
Cuidadosamente labradas las piedras, ricos en esculturas los portales, bellísimas las naves, enhiesto
el movimiento ascensional de la composición, en Francia se suele aludir a un modelo ideal de
catedral gótica. Sería éste el que se lograra con la asociación del portal de Reims, de los
campanarios de Chartres, de la nave de Amiens y del coro de Beauvais.
Famosas catedrales góticas tienen Noyón, París, Bourges, Chartres, Reims, Amiens y Beauvais. Una
joya, dentro de su sentido de relicario de piedra, ofrece París con la Santa Capilla en el interior del
Palacio de Justicia.
Entre los castillos merece una cita el de Pierrefonds.
Fuera de Francia son famosas: en Alemania, las catedrales de Colonia, de Friburgo y de Ulm. La
torre única central, y la planta llamada en salón dan singular aspecto a algunas soluciones
alemanas.
En Inglaterra, donde son de mucha fuerza decorativa las bóvedas nervadas en estrella, en abanico y
con perforaciones para dar paso a ciertos aristones, las naves son de gran perspectiva por su largo.
En dicho país lo gótico cuenta con tres estilos denominados primario, secundario y perpendicular.
Entre sus muchos ejemplos se destacan en los citados estilos, respectivamente, la catedral de
Lincoln, la abadía de Westminster (Londres) y la Capilla Real en Cambridge. Bélgica cuenta con
bellos ayuntamientos, lonjas para los gremios industriales y mercados, y entre las catedrales, Santa
Gúdula en Bruselas y la de Amberes.
España tiene tres valores de gótico: el puro, de las catedrales de León, Toledo y Burgos; el florido,
de la catedral nueva de Salamanca; y el isabelino, que, en tránsito ya hacia el Renacimiento, influyó
en las arquitecturas de América, que se inspiró en sus creaciones.
Italia, cuyo gótico carece de fuerza de convicción y donde aparece bastardeado por el
horizontalismo clasicista, ofrece como ejemplos la catedral de Florencia, la iglesia de la Santa Cruz,
en la misma ciudad y la notable catedral de Milán; y espejándose sobre las aguas de los canales
venecianos el bello palacio de los Dogos y la llamada Casa de Oro (Ca D'oro).