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ARQUITECTURA Y URBANISMO - La ruta de Occidente
ROMA
Construida en la latitud media de Italia, a orillas del río Tíber y próxima al mar Tirreno, Roma
legará su nombre a la actividad política de los latinos —monarquía, república e imperio— y a la
poderosa arquitectura con que se cierra la ruta de Occidente en el mundo pagano.
Cuando en 146 a. de C. los romanos dominaron a los griegos, habían transcurrido seis siglos desde
la fundación de su capital por Rómulo, el año 753. Para entonces ya habían recibido influjos del
Norte, proporcionados por los etruscos, instalados alrededor del año 1000 en la tierra hoy
denominada Toscana, constructores de arcos y bóvedas; y también habían conocido la obra del Sur,
dórica, de la Magna Grecia, con predominio de platabandas sobre columnas. Así lo certifican
edificaciones realizadas bajo la monarquía que concluyera en 509; y bajo la república que concluiría
el 31, cuando Octavio aceptara la responsabilidad del imperio y el tratamiento de augusto.
El empleo de ladrillos, piedras comunes y mármoles; de cales, puzolanas y morteros, ofrecerá
posibilidades grandes a una arquitectura que sigue los órdenes griegos, difundiendo el llamado
corintio; que crea el titulado compuesto, al agregar robustas volutas jónicas al capitel de hojas de
acanto, del anterior; que imitando la bóveda celeste gusta construir cúpulas: y que por primera vez
conoce los estilos.
Estos fueron cuatro, a saber: el primero por platabanda, según la modalidad griega; el segundo, que
perfila arcos entre las columnas por debajo del entablamento; el tercero, que apoya los arcos sobre
las columnas fraccionando los entablamentos, y el cuarto, que emplea cúpulas.
Con una obra de vuelo en la capital tradicional y en ciudades que sirvieron de asiento
administrativo al imperio (Nicomedia en Asia Menor, Milán, Sirmium sobre el Save, cerca de la
actual Belgrado, y Tréveris sobre el Mosela, en la hoy Prusia occidental), la arquitectura romana ge
en lo principal tarea de arquitectos y en provincias actividad castrense, a cargo de las legiones. De
tal manera llevaron a cabo lo que hoy denominaríamos trabajos de ingeniería; y además las obras
arquitectónicas propiamente dichas, templos, baños públicos, teatros, anfiteatros, circos, basílicas,
arcos de triunfo, columnas conmemorativas, estatuas y tumbas.
En la construcción de templos siguieron la tradición griega; pero difundieron los de planta circular
como el de la diosa Vesta en Tívoli y el Panteón (templo de todos los dioses) en Roma.
LAS TERMAS, enormes construcciones, prestaban por separado a ambos sexos sus servicios de
baños en atmósfera caldeada (llamados aún hoy a la romana), y fríos, con inmersión en piscinas.
Las de Caracalla, en la capital, hoy arruinadas, fueron muy lujosas y admitían el baño simultáneo
de 1.600 personas.
Los teatros siguieron la tradición helénica, pero duplicando la solución, en los llamados anfiteatros,
cuyo ejemplar máximo, el Coliseo, tiene capacidad para unos 60.000 espectadores.
Los CIRCOS, versión de los estadios griegos, en pista alargada, con tribunas laterales para el
público, y conteniendo al centro un muro bajo (la espina) para dividir la pista, sirvieron para
carreras de carros, tirados por dos caballos (bigas) o por cuatro (cuadrigas). Uno de los más
notables de Roma ge construido por Nerón.
LAS BASILICAS, destinadas a administrar justicia y a realizar operaciones comer-dales, tenían
planta en rectángulo, dividido en naves, corrientemente tres, las laterales de dos pisos y un
hemiciclo al fondo, el ábside. Bajo el gobierno de Constantino algunas fueron dedicadas al culto
cristiano.
LOS ARCOS DE TRIUNFO, de planta rectangular y uno o tres vanos, se originaron en las puertas
de las murallas que limitan algunas ciudades del imperio. Los emperadores Tito y Constantino
tuvieron los suyos en Roma, de un vano el primero y de tres el segundo. Trajano contó con uno en
Benevento y con una columna en Roma, base para su estatua y a la vez su sepulcro. Contiene ésta
un bajo relieve que recorre el fuste, en espiral; y alcanza, con pedestal y estatua, los 33 metros de
altura. Duilio es recordado, como marino, con una columna rostral, es decir, que en su fuste se
representaron rostra o espolones de barcos.
LAS TUMBAS. — Muy diversas las tumbas, algunas imitaron soluciones extranjeras, griegas y
egipcias. Adriano contó con una tumba extraordinaria, a orillas del Tíber, hoy propiedad del
papado y conocida como castillo de Sant'Angelo. La del panadero Eurisaces copió la forma de los
hornos para cocer el pan.
LA CASA ROMANA, la común de la ciudad (doma) y la casa rural, de descanso (villa), señalan con
su distribución ser de origen griego. Con dos patios, atrio el primero, peristilo el segundo, reúnen
en derredor de los mismos las habitaciones; y en su centro contienen un receptáculo destinado a
conservar el agua de lluvia. Con un jardín al fondo (hortus), algunas contaron con piso alto, como
se demuestra en las ruinas de Pompeya. Ejemplos notables de casas en esta ciudad son las llamadas
de Pansa, del fauno, de los Vottii y del poeta trágico.
Entre los trabajos de utilidad pública realizados dentro de la órbita hoy reservada a los ingenieros,
los romanos construyeron fortificaciones, acueductos y cloacas, puentes y caminos.
Por estos últimos llegarían un día a Roma, Pedro y Pablo; y el primero afirmó en ella su cátedra,
desde la que, salvo situaciones excepcionales, ha sido dirigido en el decurso de los siglos el
catolicismo. Por ellos también llegaron las invasiones bárbaras que pusieron fin al imperio y
destrozaron su obra (476 d. de C.). A partir de ese momento, y ya cristiana, la arquitectura de
Occidente recomenzó su trayectoria de arte generando nuevas grandezas.