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ARQUITECTURA Y URBANISMO - Arquitecturas de América
ARQUITECTURA PRECOLOMBINA
Dos grandes conjuntos ofrece América: septentrional el primero, México en lo principal; meridional
el segundo, Perú y Bolivia en lo sustantivo.
I. — Obra de arcilla y de piedra, con empleo frecuente de volúmenes en pirámide; con
realizaciones, en lo técnico, a expensas de la platabanda y de bóvedas falsas organizadas por el
desplome de las sucesivas hiladas, la arquitectura de México es, además, rica en una decoración
que estiliza las formas animales o que se vuelca hacia el empleo de entrelazados geométricos.
Organizada principalmente en tres grupos, el tolteco-azteca se desarrolla en la meseta de Anáhuac,
el maya en la península de Yucatán, y el zapoteca al sur del istmo en Tehuantepec.
Entre los monumentos del primero figuran las pirámides toltecas llamadas del Sol y de la Luna en
el conjunto finamente urbanístico de Teotihuacán; y la pirámide azteca de Cholula, de volumen
mayor que las grandes de Egipto, aunque de menor altura. Las ruinas de Xochicalco,
correspondientes a un templo (teocali), nos permiten formarnos una idea de las obras que contuvo
otrora la ciudad de México (Tenochtitlan), totalmente desaparecidas. Los mayas erigieron templos
y palacios. Entre los primeros el llamado del Sol en Palenke y el de Sayil. Entre los segundos los de
Uxmal, conocidos como la "Casa del Gobernador" y la "Casa de las Monjas". Sus edificaciones,
realizadas sobre pirámides truncadas, alcanzan cierto vuelo. De simples o múltiples cámaras unos,
con torres de pisos otros, de planta circular algunos, la mayoría se resuelven con base en
rectángulo, rematando la edificación en techo plano y también en faldones con una suerte de cresta
superior perforada por pequeñas aberturas.
El conjunto maya más notable es el de Chichen-Itzá. Formado hace 1400 años, actualmente en
ruinas, ofrece los templos de Kukulkan (hoy llamado El Castillo); de los Guerreros, y de los Tigres;
el Juego de Pelota y el Caracol, todos de notable carácter.
Finalmente, la obra zapoteca puede referirse a los cuatro palacios similares de Mitla, cuyos cuerpos
de edificio limitan patios rectangulares. En ellos la decoración se alcanza con fina belleza a
expensas de los entrelazados que recuerdan las grecas de Occidente.
II. — La obra indígena sudamericana alcanza importancia en tierras de Perú y Bolivia, patria de los
quechuas, a cuyo emperador se le conocía con el título de Inca.
Dos culturas se superponen allí: una anterior al establecimiento del imperio (preincaica), otra
contemporánea de éste (incaica).
En la primera cultura se construye, con piedra en la meseta, y con adobe en el litoral.
En este último aparecen obras religiosas, militares y civiles. Cabe destacar entre ellas el palacio en
ruinas de Chanchan (cerca de Trujillo).
En la meseta, el conjunto más notable es el de Tiahuanaco, al sur del lago Titicaca. Próximas a los
cuatro mil metros de altura sobre el mar y de antigüedad discutida, sus edificaciones, levantadas
con grandes piedras, respetan la simetría y ostentan una fría decoración. Forman los grupos
arruinados de Ak-kapana y Kalasasaya, el último de los cuales contiene la afamada Puerta del Sol,
monolítica, que pesa alrededor de diez toneladas y cuenta con una curiosa representación del Sol
(El dios llorón).
La segunda cultura
debe su nombre
a la dinastía incásica, que actúa desde 1136 hasta 1533. Su
arquitectura se desenvuelve con muros en escarpa, faltos, casi, de decoración, salvo ciertos
escalonamientos; y ejecutados con diversos tipos de aparejo, a piedras de igual altura los últimos,
sus sillares se unen en juntas vivas, o sea, sin interposición de argamasa.
Así fabricaron templos, como los dedicados al Sol en el Cuzco y en la isla homónima, del lago
Titicaca, compuestos en planta rectangular, cubierta a veces por varios pisos y con un patio
delantero.
Así levantaron palacios, como cuatro que en el Cuzco erigieran sendos Incas y en Cajamarca el Inca
Atahualpa. Así construyeron fortificaciones (pucaras) con hábil aprovechamiento de los accidentes
del terreno y ejecución de murallas múltiples y de torres, tales como la de 011antaytambo y la de
Sacsahuaman (ésta en el Cuzco).
Entre los descubrimientos últimos, merecen especial mención las ruinas, de Machu-pijchu (valle del
río Urubamba) con gran juego de fajas horizontales contrapuestas al fondo sinuoso de la montaña.