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ARQUEOLOGIA - La Edad de los Metales en América
LA RIQUEZA METALIFERA EN LA ARGENTINA
Esta amplia región de la Argentina, ocupada primitivamente por pueblos adscritos a la cultura
andina, es la única de este país que ha conocido el empleo indígena de la metalurgia. Desde la
desolada meseta de Atacama hasta el norte de la provincia de San Juan, todas las culturas que
lo ocuparon supieron del empleo del oro, la plata y el cobre (mezclado, este último, en
proporciones variables de estaño). Los atacamas empleaban el oro que se extraía de las arenas
de los ríos. Los omaguacas lo emplearon machacando las pepitas hasta reducirlo a láminas
finísimas, a veces de menos de un milímetro de espesor, y recortando luego en ellas las figuras
de los animales regionales o de los seres humanos que deseaban reproducir. A veces, para
hacer resaltar algún detalle —los ojos o la nariz del personaje o del animal, por ejemplo—
confeccionaban el decorado por medio de ligeros toques en relieve. En algunos casos
empleaban también el lavado de las arenas auríferas, para obtener el mineral puro que
necesitaban. Con un procedimiento análogo al de los atacamas, fundían ese oro y hacían con él
brazaletes, anillos, pendientes, cuentas de collar, pinzas de depilación, topos, campanillas y
hasta pequeños recipientes. En otras ocasiones, fundían series de objetos semejantes en plata.
También pueden encontrarse objetos en los que ambos metales coexisten. La perfección de
alguna de esas piezas ha llevado a los arqueólogos a la sospecha de que pudieran ser el
resultado de trueques con las culturas septentrionales, poseedoras de una metalurgia más
desarrollada.
Pero la mayor suma de objetos que se obtiene entre estas poblaciones del noroeste corresponde
a los hallazgos de cobre, mezclados a veces, según queda dicho, con una variable proporción
de estaño. Estas mezclas, realizadas de una manera totalmente empírica, van desde el tres
hasta el dieciséis por ciento, dentro de una misma clase de objeto. Por sus características
propias, se fundían en cobre los objetos utilitarios: hachuelas, tu-mis, agujas, topos, aunque no
faltaran a veces los meros objetos de ornato, como las bellas placas pectorales, los brazaletes y
los anillos.
El área diaguita, más amplia, permite establecer la existencia de subzonas, dentro de las cuales
el trabajo de los metales es abundante, pero no uniforme. La más rica, aquella en que hay más
variedad y abundancia de material de metalurgia, es la de Santa María, correspondiente al
valle del mismo nombre y a su continuación meridional, el de Quimivil, donde habitaron los
calchaquíes, amplia parcialidad guerrera de los diaguitas. Los objetos que allí más llaman la
atención son las famosas hachas labradas, de cobre, de tipo ceremonial, a las que Ambrosetti
denominó toquis. Otras muy bellas piezas son los "cetros de mando" y los cailles o placas
pectorales y frontales. Hachas simples (hachas en moldes de piedra), tumis —o sea cuchillos de
hoja semilunar—, rompecabezas estrellados, de que —si bien ello es cierto en sus gran
punzones, agujas, cinceles, campanillas, campanas, manoplas, pinzas depilatorias, y otros
objetos, completan ese material de metal que era realizado según la técnica ya explicada al
hablar de los omaguacas. Debe agregarse que aunque el cobre fue el material más utilizado,
también los diaguitas hicieron objetos de oro y plata, a veces de muy bella factura,
especialmente topos, discos pectorales, pequeños ídolos, brazaletes y anillos.
LA MAS FAMOSA "PLACA" DIAGUITA. Pectoral hallado en Chaquiago, descrito por Lafone-
Quevedo. Magnífico ejemplo de metalurgia indígena. Según Márquez Miranda.
Muchos de estos objetos se parecen de una manera tan perfecta a sus similares, existentes en el
ajuar de los incásicos y de los tiahuanacotas, que podrían ser totalmente confundidos con ellos.
Esto ocurre especialmente en lo que se refiere a los objetos utilitarios, tales como los topos, los
tumis, los rompecabezas estrellados, los cinceles, etc. Ello ha llevado a algunos estudiosos a
postular que toda la metalurgia del noroeste argentino es de procedencia puramente incásica.
Esto es lo que asevera, por ejemplo, Boman, autor de esta tesis. Sin embargo, no hay dudas des
lineamientos— ha habido, sin embargo, una elaboración in situ de esta metalurgia del noroeste
argentino, como se revela por el hecho de existir allí algunos instrumentos desconocidos en el
Perú y en Bolivia. Las "manoplas", las "campanas", por ejemplo, se encuentran en tal situación
y constituyen la prueba cierta de que, aunque el conocimiento de la metalurgia haya llegado
tardíamente a estas regiones, como resultado de un préstamo cultural preincásico o incásico,
podemos afirmar que se ha arraigado y ha fructificado allí suficientemente como para producir
creaciones originales. Es de lamentar, sin embargo, la escasez de trabajos especiales sobre la
industria del
metal en estas culturas. Existen, sí, una
gran cantidad de estudios en que se
consignan observaciones dispersas sobre el
particular; pero no tenemos ninguna
monografía
acerca de la metalurgia del Altiplano, excepto el muy antiguo estudio de Ambrosetti sobre El
bronce en la región calchaquí, viejo en más de cuarenta años y superado en muchos de sus
aspectos fundamentales.
OBJETOS DE ORO DE LOS BARREALES. Del departamento de Belén (Catamarca),
Debenedetti presenta estos objetos de oro laminado, de muy bella factura.