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ARQUEOLOGIA - La Edad del Hierro
A comienzos del presente siglo, Déchelette dividía la Edad del Hierro en dos grandes períodos
sucesivos: la primera Edad del Hierro, o época de Hallstatt (entre los años 900 a. 1. C.) y la
segunda Edad, o época de La Téne (del 500 a. J. C. al comienzo de nuestra Era). Los nombres
de ambas épocas derivan de la toponimia y son los de dos yacimientos famosos, de los que se
extrajeron los elementos típicos correspondientes a uno y otro período. En realidad, el de
Hallstatt constituye una verdadera época de transición entre la Edad del Bronce y la del
Hierro. Este metal se emplea especialmente entonces en la fabricación de armas, en particular
espadas, dando origen a la implantación de grandes adelantos metalúrgicos. Como el punto de
fusión del hierro es mucho más alto que el del cobre y el estaño —o su combinación, el
bronce—, se hace necesario un perfeccionamiento técnico, que se traduce especialmente en la
creación de altos hornos y en otros adelantos conexos.
CERAMICA DE LA PRIMERA EDAD DEL HIERRO. Típica decoración geometrizante. Cultura
Hallstatt. Proviene de Salem. Según Almagro
Esta división en dos grandes períodos no tiene vigencia más que para la mayor parte de
Europa occidental y central, es decir, para las regiones a la sazón ocupadas por los iberos,
celtas, ligures, germanos e ilirios. Todos los países escandinavos, Inglaterra y la Armórica no
han conocido casi la época de Hallstatt; la metalurgia irrumpe en ellos casi directamente con la
época de La Téne al comienzo del siglo v. En cambio, esta cultura de La Téne presenta un área
de difusión europea y extraeuropea mucho mayor.
Los hallazgos y estudios verificados desde la época de Déchelette hasta hoy revelan que no es
tan fácil determinar como él lo suponía la fecha de la implantación del hierro en Europa o el
paso de la Edad del Bronce a la del Hierro. La multiplicidad de las culturas del bronce y el
movido cuadro de sus interpenetraciones culturales muestra que no es posible en el estado
actual de nuestros conocimientos establecer exactamente dónde ni cuándo apareció el nuevo
material en Europa. Los objetos de hierro, pues, comienzan por aparecer asociados
generalmente al habitual ajuar de bronce y repitiendo sus formas. Se trata de espadas y
grandes puñales, cuyo sentido guerrero queda explicado por la dureza, indestructibilidad y
mortífero filo de tales instrumentos. Su rareza los reviste de mayor valor. De ahí que se los
emplee inicialmente no para jabalinas o puntas de flecha, sino para aquellos objetos de los que
el guerrero no debe desprenderse ni un solo momento.
CARRO ETRUSCO DE LA TENE. Cultura avanzada, dueña del carro con cierre metálico y del
manejo de los caballos. Según Undst.