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ARQUEOLOGIA - La Edad del Hierro
ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LA PRIMERA EDAD DEL HIERRO
En Grecia, la época de Hallstatt comienza por un predominio de vasos y armas que ostentan
una decoración geometrizante rectilínea; escaques, estrellas, guardas, rombos, svásticas y
triángulos se enlazan con animales y seres humanos estilizados. Cierta indigencia en los
medios de expresión no impide que se aborde la composición de escenas funerarias o rituales.
Luego aparece un arte helenístico arcaico (de procedencia jónica) profundamente influido por
culturas orientales, como lo prueban las decoraciones con lotos y animales fantásticos. A su
vez, sus productos llegan, por Europa, hasta el mundo celta, posiblemente a través de
intermediarios etruscos. Sucesivamente aparecerá después en la Hélade el gran arte clásico,
cuyo apogeo se observa en el siglo de Pericles, y el desarrollo comercializado del mismo con la
difusión del helenismo en todos sus aspectos
En Italia se observan dos períodos protoetruscos sucesivos (con hallazgos que cubren la
península y llegan hasta el sur de la Galia). Los yacimientos de Berniéres d'Ailly (Calvados) y
de la Tomba del Guerriero (Corneto) pueden ser considerados como típicos. Los objetos
corresponden a una influencia griega arcaica, con modificaciones locales. Después florecen los
períodos etruscos, con manifiesta influencia jónica orientalista (tumba Regulini-Galassi en
Cervetri, Gruta de Isis en Vulci, etc.). Muchos objetos púnicos demuestran que los fenicios y
cartagineses los han introducido. En algunas regiones de Italia (este de los Apeninos, región de
Bolonia, región de los lagos, etc.) se observan manifestaciones de culturas locales que
evolucionan independientemente, aunque reciben, a su hora, las influencias de etruscos y
galos. Otro foco cultural importante es el de Novilara, en el litoral del Adriático, desarrollado
bajo influencias helénicas.
En la región celta se observan elementos probatorios de una gran antigüedad en el uso del
hierro. Para algunos autores la Lorena, la Borgoña y el Berry son las regiones en las que se
instalaron los primeros hornos para fundir el mineral de hierro. Grandes selvas aseguraban allí
la presencia del combustible al lado de las minas. Los estudios especiales de Daubrée así lo
revelan. Luego se encuentran en la Auvernia y el Franco Condado. La Armórica las acepta sólo
en la época de La Téne. Dichas armas de hierro se revelan a su vez ampliamente eficaces.
Apenas las poseen, los celtas invaden los territorios del sur. El jefe victorioso Breno arroja su
arma de hierro a la balanza, y su grito —Vaevictisl— resuena hasta nuestros días como un
anuncio inexorable. Plinio dice que el conocimiento de tales armas fue aprendido por un
herrero
helvético en Roma y que luego despertó los apetitos de los suyos al mostrarles las
uvas, el vino y el aceite de Italia. César elogia la capacidad de los forjadores galos. Y si Polibio
desacredita, en cierta ocasión, las espadas de los galos, Plutarco dice que los sables de estos
bárbaros "eran su mayor fuerza".
SEPULTURA CON CARRO DEL PRIMER PERIODO DE LA TENE. Los guerreros son
sepultados con sus carros, así como con sus armas y enseres. La George-Meillet. Según
Reinach.
No debe olvidarse que por razones de conservatismo ritual, algunos objetos de bronce
conservan plena vigencia durante este período. Al llegar al segundo, la sustitución del bronce
era ya completa: ni una sola espada de bronce aparece en Europa en la época de La Téne.
El armamento de los guerreros de la época de Hallstatt ofrece como elemento ofensivo
principal objetos guerreros que, según las regiones y las épocas, presentan tres tipos bien
definidos: a) Una espada de bronce derivada de los períodos finales de la Edad del Bronce, de
la que sólo difiere en detalles; más tarde será reemplazada por un arma de hierro exactamente
igual, lo que demuestra el carácter de transición de la primera; b) Una espada de hierro, larga y
pesada, modelo mayor que la precedente; c) Un puñal corto de hierro, llamado "de antenas"
por los apéndices en forma de cuerno que presenta el pomo en la parte superior. Las vainas de
las dos primeras son de madera o de cuero; las del último, de este material o de bronce batido.
Las de los tipos a y b corresponden a la primera fase de la época de Hallstatt; los del c a la
segunda. Las grandes dimensiones de aquellas espadas —que a veces exceden de 1 metro de
largo— y su falta habitual de punta aguzada, revelan que el esgrimidor las usaba más para
golpear y hender que para atravesar a sus enemigos. Esta era su arma por excelencia. En el
ajuar de las tumbas de los guerreros, especialmente en la Galia, sólo de tarde en tarde se las
halla acompañadas de lanzas, jabalinas o puntas de flecha.