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ANTROPOLOGIA - Los primeros hombres
EL HOMBRE DE CHANCELADE
CARACTERISTICAS ESQUELETARIAS
Uno de los más grandes anatomistas del mundo, el doctor Testut, tomó a su cargo el estudio
de ese esqueleto, que había sido prolijamente extraído por sus descubridores. El fue el que
bautizó al nuevo tipo humano con el nombre de raza de Chancelade. Aunque el cráneo fue
retirado en trozos, Testut pudo recomponerlo adecuadamente. Ello le permitió establecer que
era adecuadamente dolicocéfalo, con una capacidad de 1,710 cm3 y un índice cefálico de 72. El
primer dato es, en verdad, sorprendente, pues excede a la capacidad media de todos los
cráneos actual es, aun la de las poblaciones europeas más evolucionada s. Es que, como lo di.
ce su clasificador: "Visto de perfil, el cráneo de Chancelade presenta todas las características
propias de las razas superiores."
En efecto, la frente es erecta y ancha; las curvas del parietal muy acentuadas; el occipital baja
en proporción armónica con la frente. Por delante el cráneo tiene un aspecto ojival
característico, debido a la altura de la frente y a la sobreelevación de la parte media. Las órbitas
son grandes y altas. La nariz larga y estrecha (leptorrina) . La mandíbula es estrecha, robusta y
dueña de anchas ramas montantes. El mentón es ancho y muy prominente. Los molares son
grandes, fuertes y con espacios amplios para la muela del juicio. Estas características
primitivas ratifican la impresión dejada por todo el conjunto mandibular, denotador de la
existencia de músculos muy robustos destinados a la masticación. En su conjunto, la cara es
muy ancha y muy alta. Por primera vez nos encontramos aquí con un cráneo verdaderamente
armónico. Los de los tipos humanos de Grimaldi y CroMagnon son, en cambio, desarmónicos.
Esto denota un gran progreso en la morfología del hombre de Chancelade.
EL CRANEO DE CHANCELADE. Este es el perfil del cráneo hallado en dicha localidad.
Obsérvese su acercamiento al tipo humano actual por la frente erecta, la reducción de los
signos de primitividad en el occipital, la disminución de las dimensiones de las órbitas, el
mentón naciente, la carencia de rebordes o viseras frontales, etc.
Una característica inusitada es la que corresponde a sus miembros inferiores, relativamente
más largos que los de cualquiera de las razas actuales (los negros inclusive) . Tanto los huesos
de los brazos como los del tronco revelan, por sus inserciones, una poderosa musculatura
destinada a trepar y saltar. Lo mismo ocurre con los huesos inferiores, cuyas inserciones
muestran un desarrollo particular de los músculos posteriores de la pierna, especialmente
destinados a generar y mantener la posición erecta del cuerpo y la marcha. En cuanto a los
huesos en sí mismos, presentan ligeras variantes con respecto a los de los europeos modernos:
fémures y tibias son robustos; los primeros algo más curvados y los segundos algo más
achatados que los de los hombres de hoy.
Las grandes manos del hombre de Chancelade encuentran equilibrio en sus grandes pies.
Estos presentan un apartamiento considerable del dedo grueso del pie, tal como se observa en
los simios y en el hombre de Neanderthal. Como en unos y otros, este pie podía no solamente
marchar sino tomar algunas cosas, tal como ocurre en ciertas poblaciones primitivas actuales.