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ANATOMIA Y FISIOLOGIA - Sensibilidad superficial y profunda
VIAS Y CENTROS NERVIOSOS DE LA SENSIBILIDAD SUPERFICIAL Y PROFUNDA
Las fibras nerviosas que corresponden a los distintos y numerosos receptores cutáneos y
profundos, confluyen con las homólogas formando los nervios y se dirigen a la medula espinal
para ascender y, luego de algunas escalas, finalizar en la corteza cerebral. Pero este largo
trayecto ofrece algunas particularidades para cada tipo de sensibilidad.
Las fibras sensitivas de los nervios entran en la medula espinal por las raíces posteriores y
toman ubicación determinada para cada tipo de sensibilidad.
Las fibras sensitivas de los nervios entran en la medula espinal por las raíces posteriores y
toman ubicación determinada para cada tipo de sensibilidad. Las correspondientes a la
sensibilidad profunda se reparten en dos grupos: uno que asciende por los cordones
posteriores de la medula del mismo lado por el que entra, y pasa al opuesto antes de llegar al
tálamo; el segundo asciende por los cordones laterales de ambos lados y se detiene, por
último, en el cerebelo.
Las correspondientes a la sensibilidad profunda se reparten en dos grupos: uno que asciende
por los cordones posteriores de la medula del mismo lado por el que entra, y pasa al opuesto
poco antes de llegar al tálamo, en el que hace escala; el segundo grupo asciende por los cordones
laterales de ambos lados y se detiene en el cerebelo.
Las vías nerviosas de la sensibilidad superficial (táctil, térmica y dolorosa) entran a la medula,
pasan al lado opuesto y ascienden por los cordones antero laterales hasta el tálamo, en el que
se detienen; en la medula las tres sensibilidades, táctil, térmica y dolorosa, se disponen según
cierto plan. En definitiva, todas las vías sensitivas del organismo van a parar al tálamo del
lado opuesto al que provienen, con excepción de un grupo perteneciente a la sensibilidad
profunda que no se cruza y se dirige, pues, directamente al cerebelo.
La distribución tan particular de las vías sensitivas en su trayecto medular explica los síntomas
de algunas enfermedades. En la ataxia locomotriz se lesionan los cordones posteriores y estos
pacientes pierden la sensibilidad profunda y tienen grandes dificultades para mantenerse de
pie o caminar, sobre todo si cierran sus ojos y pierden las sensaciones visuales. En la
siringomielia están destruidas las fibras de la sensibilidad superficial a poco de su entrada, en
su trayecto hacia adelante, y desaparece la sensibilidad dolorosa y la térmica, conservándose la
táctil porque no sigue exactamente el trayecto de las otras. La lepra da un tipo de disociación
de la sensibilidad análoga a la de la siringomielia y por ello estos pacientes se queman sin
darse cuenta, o tienen úlceras indoloras.
El tálamo es un importante núcleo de células nerviosas, situado en la base del cerebro, al cual
confluyen todas las vías sensitivas mencionadas, y también las de los demás órganos de los
sentidos con excepción del olfato. Del tálamo parten nuevos contingentes de fibras que van a
terminar en distintos puntos de la corteza cerebral, las visuales en la corteza occipital, las
auditivos en la temporal, y las de la sensibilidad general en la parietal, en la parte lateral del
cerebro.
La corteza parietal ascendente de ambos lados es, pues, la estación terminal de las fibras de la
sensibilidad superficial y profunda. A su nivel hay una localización particular de las fibras que
le llegan, de modo que las que vienen de los miembros inferiores están en la parte alta y las de
los superiores en la baja, dibujando en forma invertida la imagen del cuerpo.
Localización de la sensibilidad en la corteza parietal del cerebro. A la derecha, en sombreado,
topografía de la zona sensitiva; a la izquierda, con aumento, detalle de la misma.