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ANATOMIA Y FISIOLOGIA - La sangre
LOS GLOBULOS ROJOS
Los glóbulos rojos fueron vistos por primera vez por el holandés Leuwenhoek, en 1673, quien
los observó con el microscopio que acababa de inventar.
a) PAPEL. Se les reconoce una función de capital importancia para el organismo, que cumplen
por intermedio de la hemoglobina: la de intervenir en la respiración, como acarreadores del
oxígeno de los pulmones a los tejidos, y del anhídrido carbónico en sentido inverso.
Además, la hemoglobina, sustancia propia del glóbulo rojo, da a la sangre su color y es la
fuente de las sustancias colorantes de la bilis.
b) DESCRIPCION. Los glóbulos rojos o eritrocitos varían de una especie animal a otra. En la
especie humana tienen forma de discos excavados en sus dos caras, con un diámetro de 7,2 p.
(micrón, o sea la milésima parte de un milímetro) y un ancho de 2.
La forma de discos bicóncavos asegura una gran superficie, favorable para los intercambios de
los gases respiratorios, calculada para el total de glóbulos en 3.000 m2, o sea 1 500 veces
superior a la superficie corporal.
Son muy flexibles, como se comprueba al examinar bajo el microscopio la circulación en la
parte interna de la piel de un sapo o rana, y al verlos deformarse para pasar por capilares
estrechos y luego recuperar su forma anterior. En los mamíferos están desprovistos de núcleo,
pero lo poseen en las aves, los batracios, etc.
La concentración de glóbulos rojos se mide por el número de ellos contenido en un milímetro
cúbico de sangre, lo que da una cifra muy estable, que en el hombre normal oscila alrededor
de los 5 400.000 y en la mujer de los 4 800.000 por mm3. Se habla de anemia cuando los valores
hallados son inferiores a los señalados. En el comercio existen diversos modelos de aparatos
cuentaglóbulos, que permiten hacer estas mediciones con relativa facilidad en una gota de
sangre.
c) ORIGEN Y FIN. En el adulto los eritrocitos nacen en la medula roja de los huesos del cráneo,
las costillas, el fémur, el húmero, el esternón, etc., alcanzando ésta en conjunto 1,5 a 3,5 kg, es
decir, el peso aproximado del hígado. Desde aquí son vertidos continuamente a la sangre para
reemplazar a los desaparecidos y mantener constante la concentración.
Hay varios factores que regulan la actividad formadora de glóbulos rojos de la medula ósea,
pero sólo trataremos los dos mejor conocidos. El primer factor es la tensión de oxígeno en la
sangre, que depende de la tensión del mismo gas en la atmósfera y varía en igual sentido que
ella, disminuyendo ambos al ascender en altura sobre el nivel del mar. Si disminuye, la
medula ósea aumenta la producción de eritrocitos y en seguida aumenta su concentración
sanguínea; si por el contrario aumenta, se frena la producción; es decir, que hay una relación
inversa entre la tensión de oxígeno y la producción eritrocitaria.
Influencia de la altitud sobre la concentración de eritrocitos
Los sujetos que viven en las alturas son un ejemplo concreto de cómo las atmósferas
enrarecidas en oxígeno, disminuyen la tensión de éste en la sangre y se produce una
poliglobulia por haber sido estimulada la medula. Este caso se observa en muchos lugares de
Bolivia, Perú, México, etc.
El segundo factor de regulación de la actividad de la medula ósea se llama factor de
maduración eritrocitario o, también, factor antianémico. Se lo conoce desde hace pocos años
gracias a los estudios de varios investigadores norteamericanos: Whipple, Castle, Minot,
Murphy. Cuando este factor falta en el organismo, se produce la anemia perniciosa y al
agregarlo se la cura. El factor antianémico se halla almacenado en el hígado y de allí pasa a la
sangre, hasta alcanzar la medula ósea, a la que estimula a producir glóbulos rojos. Este factor
se forma en el estómago por el encuentro de dos sustancias, una que viene con los alimentos y
otra de la pared misma del estómago; de allí pasa a la sangre para depositarse en el hígado.
Formación del factor de maduración eritrocitaria o factor antianémico
Los glóbulos rojos lanzados por la medula ósea a la sangre son jóvenes y se los puede
reconocer en los primeros días de vida, puesto que después de teñidos con ciertos colorantes,
muestran una apariencia de red en su interior. Por eso se los llama "reticulocitos". Su aumento
en la sangre de un paciente inyectado con factor antianémico, es un índice de la eficacia del
tratamiento y presagia que en pocos días habrá un aumento de la concentración de glóbulos
adultos.
La supervivencia de los glóbulos rojos se calcula entre 25 a 100 días. Cuando envejecen son
destruidos principalmente por el bazo, que aprovecha la hemoglobina liberada.
d) PROPIEDADES. Sólo mencionaremos algunas. La eritrosedimentación consiste en que los
glóbulos rojos se depositan en el fondo del recipiente, cuando éste se mantiene quieto, y la
sangre se vuelve incoagulable. Colocada la sangre en tubos verticales se puede medir la
velocidad de sedimentación por la franja de plasma, libre de glóbulos, que aparece en la parte
superior. En sangre de hombre normal, al cabo de una hora, esta franja mide de 2 a 7 mm de
altura, y en la de mujer de 4 a 9 mm. La sedimentación de los glóbulos se debe a que tienen
mayor densidad que el plasma en el que flotan.
Ciertas modificaciones producidas en el plasma por algunas enfermedades cambian la
velocidad de sedimentación, hecho que tiene gran valor como diagnóstico. (Por ejemplo en las
infecciones agudas como la neumonía, los períodos agudos de la tuberculosis, etc.)
La hemólisis del glóbulo rojo consiste en su rotura y la consecuente liberación de la
hemoglobina que encierra. La sangre hemolizada o lacada, como también se la suele llamar, es
transparente y más oscura. Para hemolizar los glóbulos basta ponerlos en contacto con agua,
soluciones salinas concentradas, calor o frío excesivos, éter, alcohol, sueros hemolíticos, etc. Se
utiliza mucho esta propiedad para el diagnóstico de algunas enfermedades, como por ejemplo
la sífilis.
La aglutinación es la tendencia de
los glóbulos a adherirse entre sí formando grumos. Se
considera que hay una falsa aglutinación cuando forman como una especie de pilas de
monedas que un leve sacudón separa, y verdadera cuando permanecen sin separarse. Esta
última es la que interesa. Los glóbulos rojos humanos se clasifican en 4 grupos según esta
propiedad, y son designados así: O A B AB. Se considera que existen 2 sustancias llamadas A y
B, que según existan solas o juntas, o que falten en un glóbulo rojo, lo colocan en uno de los 4
grupos. Para clasificar en un grupo la sangre de una persona, se le toma una gota y se la
mezcla con sueros conocidos; según aglutine o no, se sabrá a qué grupo pertenece.
Cada persona pertenece a uno de los 4 grupos sanguíneos señalados y no lo cambia nunca. Es
importante saber a qué grupo uno pertenece, porque si recibe sangre de un grupo que no. es el
suyo, tendrá casi con seguridad accidentes graves o fatales. Los grupos son hereditarios, según
las leyes de Mendel, y su determinación es importante en algunos juicios de filiación. La
frecuencia de los grupos varía con las razas; así los indios son grupo O y en Europa predomina
el O o el A.
e) HEMOGLOBINA. La hemoglobina es una proteína con hierro, propia del glóbulo rojo, al
que sirve en su función respiratoria. Transporta el oxígeno a los tejidos y el anhídrido
carbónico (CO2) a los pulmones.
Cada 100 cm3 de sangre poseen de 14 a 18 gramos de hemoglobina en el hombre normal, y de
12 a 15,5 gramos en la mujer. Un gramo transporta 1,34 cm3 de oxígeno.
Normalmente la hemoglobina se transforma en bilirrubina, pigmento amarillo que se elimina
por la bilis y le da su color. Esta transformación química tiene lugar dentro y fuera del hígado,
pero este órgano es el único que se encarga de su eliminación, por intermedio de la bilis. La
bilirrubina sufre nuevas transformaciones en el intestino y forma la estercobilina, o pigmento
que colorea las materias fecales. Una parte de ésta se absorbe y forma la urobilina, que se
elimina por la orina. La interrupción de cualquiera de las fases señaladas ocasiona trastornos;
así, por ejemplo, si la bilirrubina se acumula en la sangre, tiñe la piel del paciente de amarillo
(ictericia).
La hemoglobina se altera por acción de anilinas, nitritos, etc., toma un color pardo chocolate y
se vuelve inepta para transportar el oxígeno. Los sujetos con intoxicaciones debidas a estas
sustancias, presentan en la piel un llamativo color azulado. El óxido de carbono que desprende
el gas de alumbrado, las estufas de carbón, etc., causa muchas víctimas porque se fija
fuertemente a la hemoglobina impidiéndole transportar el oxígeno. Una persona resiste varias
horas respirando una atmósfera con 0,01% de óxido de carbono, aproximadamente una hora si
contiene 0,1%, y muere en pocos minutos si tiene el 1%.