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ANATOMIA Y FISIOLOGIA - La respiración
LOS MOVIMIENTOS RESPIRATORIOS
REGULACION DE LOS MOVIMIENTOS RESPIRATORIOS. Ya se señaló, que el objeto de la
respiración externa es proveer del oxígeno necesario para las células de los tejidos, y eliminar
el anhídrido carbónico producido. Como la necesidad de oxígeno varía de un momento a otro
y también la producción de anhídrido carbónico, el organismo recurre a complicados y
eficientes mecanismos reguladores, que adecuan la respiración a las necesidades del momento.
Un complicado mecanismo, a cargo del sistema nervioso, es el que recibe informes de los
tejidos sobre su nivel de oxígeno y anhídrido carbónico, y luego envía estímulos a los
músculos respiratorios, que hacen variar la ventilación pulmonar en el sentido requerido. El
coordinador de las diversas sensaciones y las respuestas motoras, es el centro respiratorio,
situado en el bulbo y descrito por Le Gallois en 1812. Su destrucción por un pinchazo provoca
la muerte por paro respiratorio, lo que sugirió a Flourens darle el significativo nombre de
nudo vital.
a) El centro respiratorio. Su importancia es capital para la respiración y la vida. Está localizado
en los 2/3 superiores del bulbo y en parte de la protuberancia, pero no tiene en realidad una
demarcación neta, ya que se halla constituido por colonias de células esparcidas en una gran
zona.
Elabora estímulos que periódicamente descarga por los nervios motores hacia el diafragma y
demás músculos inspiradores, provocando su contracción. Según la cantidad y ritmo de estas
descargas, es la frecuencia y profundidad de las respiraciones. Estas descargas pueden ser
recogidas, de los nervios correspondientes, con dispositivos eléctricos, y pueden
ser
comparadas a los mensajes telegráficos.
En cuanto a los estímulos que recibe y que le permiten regular sus respuestas son de
naturaleza variada. Unos le llegan directamente y otros por intermedio de los nervios
sensitivos. Los examinaremos por separado.
Esquema que representa al centro respiratorio y los estímulos que le llegan, regulando su
funcionamiento.
b) Estímulos de acción directa: regulación química de la respiración. Son transportados por la
sangre que baña el centro y actúan por contacto directo sobre las células que lo componen. El
estímulo que sobresale por su importancia es el anhídrido carbónico. Le siguen, aunque con
papel muchísimo menor, el oxígeno y algunos ácidos.
El anhídrido carbónico tiene una acción específica sobre el centro respiratorio, del cual es el
estimulante natural. Dentro de ciertos límites, considerados como fisiológicos, se observa que
a medida que aumenta su concentración en la sangre, aumenta proporcionalmente la
ventilación pulmonar por estimulación del centro. Haciendo respirar a una persona aire con
un 9% de este gas, el volumen de aire respirado pasa de 8 litros a 50 ó 60 por minuto. En
concentraciones elevadas es peligroso, pues tiene acción narcótica.
El oxígeno y los ácidos sanguíneos tienen escasa acción directa en condiciones fisiológicas,
aunque sus variaciones en más o en menos, alteran la ventilación pulmonar.
c) Estímulos de acción indirecta: regulación refleja de la respiración. Este sistema de
informaciones del centro respiratorio es sumamente importante y complementa al anterior.
Numerosos nervios recogen en todo el cuerpo impresiones que luego trasmiten al centro
bulbar; trataremos las más conocidas.
Hering y Breuer señalaron, en 1868, que en los pulmones existen terminaciones nerviosas que
continuamente informan al centro respiratorio del estado de distensión del órgano. Cortando
los nervios transmisores de estos estímulos se altera profundamente el ritmo de la respiración.
En la aorta y también en el lugar de bifurcación de las carótidas, en el cuello, existen unos
corpúsculos sensitivos, bien estudiados histológicamente por la escuela de Ramón y Cajal, que
son impresionados por la concentración de oxígeno y de anhídrido carbónico de la sangre.
Estos quimioreceptores transmiten al centro bulbar, por intermedio de nervios propios, toda
modificación en el contenido de esos gases, pero son particularmente sensibles a la
disminución del oxígeno, que provoca exagerado aumento de los movimientos respiratorios.
En la mucosa nasal hay terminaciones nerviosas que al ser excitadas por sustancias extrañas,
provocan el reflejo del estornudo; en la mucosa de la laringe y de la tráquea, en el mismo caso
se produce el reflejo de la tos. En ambos reflejos, se producen modificaciones transitorias del
ritmo respiratorio, por estímulos que desde las superficies mencionadas viajan a los centros.
También recibe el centro respiratorio numerosos estímulos que por vía nerviosa le llegan de
los músculos, tanto de los respiratorios como de los otros. Este caso se observa de manera
patente durante cualquier ejercicio físico. Entonces, el mayor volumen de aire respirado se
debe: 19) al mayor consumo de oxígeno por las células, que provoca su disminución en la
sangre y la estimulación de los quimioreceptores, y al exceso de producción de anhídrido
carbónico, por igual motivo, que a su vez aumenta el sanguíneo y estimula directamente al
centro respiratorio; y 29) a verdaderos bombardeos de estímulos que parten de los músculos
en actividad y por vía nerviosa excitan al centro respiratorio.
Finalmente, el centro respiratorio tiene amplias conexiones nerviosas con otras partes del
sistema nervioso, como el cerebro, lo que permite que modifiquemos a nuestra voluntad,
durante un corto lapso, el ritmo de la respiración.