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ANATOMIA Y FISIOLOGIA - Digestión
DIGESTION EN EL ESTOMAGO
A) VACIAMIENTO DEL ESTOMAGO. Apenas llegan los alimentos al estómago se inician en
él, al nivel de la parte media, ondas peristálticas que progresan hacia el píloro.
Radiografía del estómago y del intestino grueso, en su posición normal, tomados en conjunto.
Estas contracciones mezclan los alimentos entre ellos y con el jugo gástrico, hasta transformar
el contenido gástrico en una pasta semilíquida que constituye el quimo. Cuando la presión
provocada por las contracciones peristálticas es mayor en el estómago que en el duodeno, pasa
a éste parte del quimo.
El píloro (palabra que deriva de raíces griegas que significan guardián de la puerta) ejerce
efectivamente las funciones de vigilante o portero. Permanece abierto y dispuesto a dejar pasar
cualquier alimento que quiera abandonar el estómago. Si el contenido gástrico es aceptable
para el duodeno, el vaciamiento del estómago se prosigue sin interrupción. Pero si no lo es, se
cierra rápidamente la puerta o píloro y permanece clausurada hasta que una nueva porción
"de prueba" sea aceptada.
Los movimientos del estómago, lo mismo que los del intestino, persisten después de eliminar
todos los nervios que llegan a él. El origen de estos movimientos se halla en la red nerviosa
que ocupa la capa submucosa. Los nervios que llegan a estos órganos proceden del simpático,
cuya excitación provoca relajación muscular, y del parasimpático (vago), cuya excitación
provoca contracción de la capa muscular.
El tiempo de evacuación gástrica es variable según la clase de alimentos ingeridos. El agua y
ciertos líquidos y semilíquidos pasan casi inmediatamente al intestino. Sin embargo, los
líquidos muy ácidos, muy alcalinos o muy concentrados, demoran más en abandonar el
estómago porque al llegar al duodeno lo irritan provocando el cierre del píloro. Los alimentos
sólidos se evacuan tanto más rápidamente cuanto más pronto se convierten en una masa
semilíquida. Los hidratos de carbono se evacuan más rápidamente que las proteínas y éstas
más que las grasas.
B) JUGO GASTRICO. Es el producto de secreción de las glándulas que tapizan la mucosa del
estómago. Las glándulas principales, que ocupan la parte superior del estómago más cerca del
cardias que del píloro, segregan ácido clorhídrico y pepsinógeno. Se denomina así a
una
sustancia proteica que por la acción del ácido clorhídrico se transforma en una proteasa, la
pepsina, capaz de atacar a proteínas de peso molecular elevado, convirtiéndolas en proteosas o
peptonas de peso molecular menor. El ácido clorhídrico también tiene una acción similar, pero
su función principal es la de activar al pepsinógeno transformándolo en pepsina, y
proporcionar a esta enzima el medio ácido necesario para que pueda ejercer su acción.
También segregan las glándulas gástricas el fermento del cuajo, que coagula la leche, y un
factor llamado intrínseco, que participa en la formación de un
principio necesario para la
maduración de los glóbulos rojos de la sangre. Además existe una lipasa que sólo es capaz de
actuar sobre las grasas ya emulsionadas (dispersas en finas gotitas) como las de la yema de
huevo.
La secreción del jugo gástrico se lleva a cabo por dos mecanismos distintos: uno nervioso y
otro humoral.
MECANISMO DE SECRECION DEL JUGO GASTRICO. La excitación del vago provoca la
secreción del jugo gástrico. La presencia de comida en la boca provoca una sensación gustativa
que por vía refleja, y a través de los nervios vagos, determina una secreción gástrica. Basta sin
embargo pensar en la comida, verla u olerla, para que se provoque lo que Pavlov denominó
secreción psíquica o de apetito. Este es un reflejo condicionado adquirido por la asociación
frecuente de dos estímulos, uno capaz y otro incapaz de por sí de provocar secreción gástrica
(ver secreción de saliva). La sensación de apetito y la secreción refleja de origen gustativo,
constituyen la llamada fase cefálica de la secreción gástrica.
La llegada de los alimentos al estómago puede constituir, por la distensión que provoca, un
nuevo estímulo para la secreción gástrica. Pero aquí interviene un mecanismo humoral mucho
más importante. Ciertos alimentos, en especial productos de la digestión parcial de las
proteínas, provocan la liberación, por la mucosa del píloro, de una sustancia, la gastrina, que
es absorbida en la sangre, y por esta vía llega a las glándulas principales del estómago, a las
que excita químicamente, provocando su secreción. Esta etapa es la llamada fase gástrica de la
secreción del estómago.
Al pasar los alimentos al duodeno y yeyuno, la secreción gástrica vuelve a ser influida por un
mecanismo humoral. Algunos productos de la digestión, al ser absorbidos y llegar por vía
sanguínea a las glándulas gástricas, estimulan su secreción. Por otra parte, la llegada de grasas
al intestino provoca la libe radón, por la mucosa del duodeno, de una sustancia denominada
enterogastrona, que es absorbida en la sangre y por esta vía llega a las glándulas gástricas
inhibiendo su secreción.
Representación esquemática del mecanismo por medio del cual se produce la secreción del
jugo gástrico.