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AGRICULTURA - Frutales
TRABAJOS INDISPENSABLES QUE SE DEBEN REALIZAR EN EL MONTE YA FORMADO
PODA. La poda puede ser de formación o de fructificación. En el primer caso es cuando se la
practica con el fin de formar una copa bien equilibrada y ramificada; en el segundo, para
disciplinar la distribución de la savia con el fin de favorecer la fructificación. La poda puede
realizarse cuando la planta se halla en reposo, o sea poda seca, o cuando se halla vegetando,
que en este caso se llama poda verde. La poda seca puede hacerse cuando han caído todas las
hojas. No se debe apresurar mucho, porque hay que darles tiempo a las sustancias
alimenticias que al secarse las hojas han pasado a las ramas finas, para que de éstas pasen a
las ramas gruesas y al tronco. La poda verde se realiza sobre brotes y no sobre ramas. Esta
poda es indicada en ambientes en que el período vegetativo es largo. Es aplicable en frutales
de regadío.
LABORES DE CULTIVO. Inútiles serán todos los trabajos que se realizan en las plantas si no
se mantiene el terreno en perfectas condiciones. Este debe estar completamente suelto, de
manera que se torne mullido, y el agua, tanto de lluvia como de regadío, quede almacenada
en él. Si el terreno está duro, el agua no penetra, corre y se deposita en las partes bajas
formando lagunas. En un terreno suelto se facilita además la penetración del aire, activándose
de esta manera todos los procesos microbianos y sobre todo el fenómeno de la nitrificación,
que tienen lugar en el suelo. Además, debido al almacenamiento de agua la tierra permanece
húmeda, evitando la evaporación.
RIEGOS. No sólo son necesarios los riegos en los lugares donde las lluvias no son suficientes,
sino también en aquellas regiones en que si bien las precipitaciones anuales cubren la
cantidad de agua requerida, la distribución de las lluvias en el año no es adecuada. Los
frutales necesitan mucha agua en la época del brote y desde que se forman los frutos hasta
que comienza la maduración, momento en que se deben suspender los riegos, pues un exceso
de agua haría reventar la fruta. El riego puede hacerse por surcos o por inundación. El
primero de ellos es el más empleado y el mejor. Consiste en practicar surcos por donde se
deja correr el agua a una cierta distancia de las plantas, a las que llega dicho elemento a través
de la tierra, es decir, por infiltración. El riego por inundación consiste en hacer cuadros que
abarcan a un número determinado de plantas e inundar ese pedazo de terreno. Es más
rápido, pero endurece el suelo y demora en secarse.
ABONOS.
Podemos considerar 3 grupos de abonos: abonos verdes, estiércol y abonos
químicos.
ABONOS VERDES. Son plantas de variadas especies, que se siembran en todo el espacio libre
que dejan los frutales y que cuando han desarrollado, mediante una pasada de arado se los
entierra, quedando bajo la superficie toda la parte vegetativa de la planta, además de sus
raíces. Su importancia reside en la incorporación al suelo de gran cantidad de materia
orgánica, que una vez des, compuesta enriquece la tierra en humus, devolviendo además al
suelo potasa, ácido fosfórico y nitrógeno en forma asimilable. Las plantas más usadas son las
leguminosas, porque enriquecen el suelo en nitrógeno.
ESTIERCOL.
Constituye además de un abono una mejora considerable. Proporciona más
cantidad de nitrógeno, ácido fosfórico, potasa y elementos menores que los abonos verdes. El
estiércol debe incorporarse en un estado muy avanzado de descomposición. Como el estiércol
natural escasea más cada día, actualmente se fabrica estiércol artificial con paja de la trilla de
los cereales, a la que se le agrega agua, nitrógeno y una capa de estiércol natural y se la deja
fermentar. El resultado es similar al que se obtiene con el estiércol natural.
ABONOS QUIMICOS. Los principales abonos químicos son: cloruro o sulfato de potasio,
superfosfato simple y doble, salitre, sangre desecada, etc. El problema de los abonos químicos
es uno de los más difíciles de la fruticultura, pues la bondad de cada uno de ellos está
determinada por la composición físicoquímica y físicomecánica de la tierra, que a su vez dan
lugar a una determinada composición biológica. Además, los elementos químicos deben estar
en una proporción bien equilibrada, pues un desequilibrio puede resultar sumamente
perjudicial o, en el mejor de los casos, no ser utilizado por la planta. Por eso es indispensable
la experimentación antes de aplicar abonos químicos.
CRIADERO
Aquí se trasplantan, para que se críen, los árboles sembrados en almácigas. Las plantitas son
cubiertas con sacos de papel o tela para protegerlas del fuerte sol de mediodía; así se logra un
crecimiento rápido y uniforme de todos los ejemplares de una misma almáciga, para su
ulterior traslado al monte frutal.